El concepto de coche urbano ha evolucionado (y de qué manera) en apenas una década. No hace tanto utilizábamos el adjetivo «urbano» para referirnos de lleno a los denominados «utilitarios». Sin embargo, la etiqueta de los modelos pensados para ciudad se ha extendido hasta llegar a los SUV. ¿Qué aporta en vía urbana este segmento para haberse convertido en el predilecto de los conductores?
Los últimos años han servido para confirmar que el éxito de los SUV es algo más que una moda. Su dominio actual ha terminado por conquistar también la ciudad por encima de los compactos.
No es solo una cuestión aleatoria o de gusto. Los avances que ha propiciado la tecnología en la industria del automóvil han dotado a los todocaminos de más prestaciones, habitabilidad y carga tecnológica. Esta última implica, en casos como el de Volvo, innovaciones punteras en materia de seguridad vial.
En lo que al mercado se refiere, los SUV son famosos, no solo por ser los más vendidos, sino porque mantienen las ventas incluso en los momento más complicados. Y es que, si hasta 2018 este segmento representaba un tercio de las matriculaciones totales, en las últimas semanas esa cifra supera el 50 %, siendo los modelos que menos se están viendo afectados por la crisis sanitaria. La gama XC de Volvo resulta paradigmática.
El Volvo XC40 encabeza las ventas del fabricante y esto se debe, en buena medida, al espíritu urbano que hay detrás de su desarrollo. Desde la marca sueca, han potenciado los aspectos necesarios para implementar la versatilidad urbana.
Soluciones eléctricas a medida
Un SUV urbano que aspire a integrarse en cualquier ciudad del globo no puede permitirse el lujo de quedarse anclado en una motorización del pasado. La revolución urbana del segmento ha llegado a través de diferentes soluciones eléctricas que aumentan la eficiencia de la conducción, reducen los consumos y limitan su impacto medioambiental y en la salud.
Micro-híbridos, semi-híbridos, híbridos convencionales e híbridos enchufables contribuyen a que los todocaminos cumplan con estas metas. De entre todos los sistemas de propulsión mencionados, los híbridos enchufables (PHEV) se sitúan un escalón por encima. Dada su autonomía en modo 100 % eléctrico, que se mueve en torno a los 50 kilómetros en ciclo urbano, posibilitan realizar todos los desplazamientos urbanos a un coste reducido y con cero emisiones.
Es por eso que modelos como el Volvo XC40 Recharge híbrido enchufable reciben la etiqueta ECO de la DGT, un distintivo ecológico que le otorga ventajas urbanas de tránsito y estacionamiento.
Una conducción adaptada a las necesidades urbanas
Sin embargo, la eficiencia que aporta la electrificación no lo es todo. Esta ha de traducirse en forma de conducción dinámica. Mientras que lo eléctrico contribuye al trabajo urbano de altas revoluciones, esta tendencia ha de ir acompañada de un diseño acorde a las circunstancias.
La genética SUV, heredera de los todoterrenos, no ayudó en su nacimiento. Todavía hoy podemos observar hasta qué punto un fabricante se ha esforzado o no por adaptar las ventajas más naturales de un todocamino para que ofrezca una respuesta inmediata, cómoda y personalizada en ciudad.
Se trata de uno de los puntos fuertes del Volvo XC40, que adapta todas sus tecnologías (suspensión, dirección inteligente, altura libre sobre el suelo) a conseguir esta meta. Esto se materializa a través de sistemas diseñados para facilitar la conducción en calles populosas que obligan a pausar la marcha.
En el caso del fabricante sueco, lo hace a través de Intellisafe Assist. Bajo este nombre se agrupan varias tecnologías de asistencia como el Control de Velocidad Constante Adaptativo, muy útil en retenciones; o la cámara de visión en 360º, un avance que nos permite situarnos de forma precisa a lo largo de un de trazado con calles angostas, semáforos, pasos de peatones o estrechamientos.
Tecnologías que incrementan la seguridad en vía urbana
Entre los requisitos imprescindibles de un SUV urbano, y muy relacionados con el nivel de confort que aportan las tecnologías mencionadas, están los sistemas de seguridad ADAS.
Por desgracia, los siniestros urbanos constituyen uno de los grandes desafíos actuales para la seguridad vial. Reducir el número de víctimas en vía urbana está siendo complicado en los últimos años en Europa. Tanto es así que se habla de que existe un estancamiento.
Por eso, en Volvo llevan años adelantándose a la introducción de los mencionados sistemas ADAS. Consisten en una serie de sistemas de asistencia desarrollados para evitar el accidente. Entre las diferentes soluciones que el Volvo XC40 presenta, City Safety es, quizá, una de las más preciadas.
El sistema emplea una cámara de alta resolución y radar láser LIDAR para mapear el área circundante al vehículo. De este modo, localiza tanto obstáculos (animales) como a otros usuarios de la vía (peatones y ciclistas) a una distancia de hasta 150 metros y avisa de una posible colisión con un haz de luz sobre el parabrisas cuando se circula a velocidad urbana, es decir, por debajo de los 50 km/h. Si, además, detecta que el peligro es inminente, puede (si se activa esta funcionalidad) precargar y accionar la frenada por sí solo.
Carga tecnológica pensada por y para el conductor urbano
La mencionada versatilidad urbana de un SUV parece, más que una realidad, solo una declaración de intenciones en algunos coches. Existen fabricantes que piensan que con adornar sus modelos con un panel de instrumentos digital y una pantalla táctil central basta.
Se olvidan de características elementales como la habitabilidad. Si nos centramos en el Volvo XC40, vemos que presenta una personalización del espacio muy necesaria para los conductores urbanos. Al maletero de 460 litros, le acompañan diferentes compartimientos en los laterales de las puertas o en la guantera central.
El trabajo de Volvo va más allá y dota a su SUV de numerosas prestaciones tecnológicas para facilitar la vida en ciudad. Con la app Volvo on Call, junto a la llave digital del Volvo XC40, es posible otorgar credenciales de acceso al vehículo.
Es decir, podemos compartirlo con quien queramos en remoto y hasta establecer un límite temporal para el préstamo. Abre la puerta (o mejor dicho, el portón) a otra función. Con este sistema, se puede usar el vehículo como receptor de envíos. Así, podemos permitir el acceso al maletero a una empresa de mensajería, de modo que pueda depositar un paquete en el mismo sin necesidad de nuestra presencia.
Un SUV urbano ha de adelantarse a la ciudad del futuro
En la actualidad, existen algunos detractores de los vehículos tal y como los conocemos. Piensan que no tendrán cabida en las ciudades del futuro. Las soluciones tecnológicas más avanzadas se encargan de anular estas teorías.
Innovaciones como la mencionada llave inteligente son solo el principio. Y es que estamos solo en el inicio de la gran cantidad de ventajas que propiciará el coche conectado.
El coche no va a desaparecer en la smart city, se va a transformar con ella. La clave principal reside en invertir, como Volvo con el XC40, en sistemas innovadores para satisfacer las necesidades urbanas de forma global, avanzando no solo en el campo de la automatización en la conducción, sino otros como son la explotación de la información vial a través del big data.