Comprar un coche hoy puede ser toda una aventura. No solo es cuestión de decidirse por un modelo en concreto, sino de lidiar con la lógica incertidumbre que experimentan muchos conductores sobre hacia dónde se dirigirá el mercado.
¿Es el momento de optar por un coche eléctrico? ¿Qué tipo de motorización conviene más? ¿Mild Hybrid, híbrida enchufable o 100 % eléctrica? ¿Qué pasa si me decido por un modelo térmico y más barato y transcurrida una década, incluso menos, no puedo transitar con él por el centro de la ciudad?
Estos son solo algunos de los interrogantes auspiciados, además, por una legislación cambiante. La última actualización normativa en España relacionada con esto ha llegado con la nueva Ley de Cambio Climático, que marca que «todos los municipios de más de 50.000 habitantes deberán adoptar planes de movilidad sostenible».
El coche en propiedad ya no es lo que era
El debate se ha instaurado de lleno en nuestra sociedad y cuestiona, incluso, el viejo concepto que teníamos hasta hace poco sobre el coche en propiedad. No son pocos los que opinan que los cambios que experimentamos llevarán a la extinción la propiedad de los vehículos.
Sin embargo, la realidad en la automoción se mueve en una dimensión mucho más compleja y que no permite, ni mucho menos, sentenciar al coche en términos absolutos. Una cifra relevante para los compradores la encontramos en el coste medio de los vehículos en propiedad una vez agotada su vida útil. Se sitúa en torno a los 55.000 euros.
A esto tenemos que sumarle el contexto en el que nos encontramos, abandonando la peor época de una pandemia por COVID-19 que redujo la actividad del mercado en un 32,3%, según cifras oficiales de ANFAC.
Si nos ponemos en la piel de la industria, los fabricantes hacen esfuerzos no solo por diversificar una oferta que obligatoriamente ha de dirigirse hacia la electrificación y las cero emisiones, sino también para ofrecer soluciones inteligentes para la compraventa. Esta es una de las motivaciones principales de fabricantes pioneros como Volvo para dar con fórmulas que alivian en buena medida el coste medio en propiedad.
Ofertas puntuales y provechosas sin trampa ni cartón
Si bien hablamos de un panorama más complejo tanto para el mercado como para la concepción de la propiedad de los vehículos, lo cierto es que, paralelamente, surgen nuevas fórmulas y oportunidades de las que sacar partido. Abonado el campo de la movilidad con los estímulos precisos, este puede germinar de forma sorprendente, como ocurrió en Atlanta y alrededores con el coche eléctrico hace apenas diez años.
La ideal para el comprador actual es conjugar factores como las ayudas públicas con las propias que ofrecen los fabricantes. Otro ejemplo lo vimos, el pasado año y en plena pandemia. Volvo tuvo el acertado detalle de regalar un año de energía eléctrica gratuita en su gama Recharge.
Ahora, la compañía sueca ha optado por implementar las posibilidades de la financiación y el leasing para sus SUV más demandados en las semanas que restan hasta el final del presente año: el Volvo XC40, Volvo XC60 y Volvo XC90. El tipo de financiación al 0% TAE y 0% TIN de Volvo no oculta sorpresas desagradables.
Y, lo que es más importante, contribuye a paliar el efecto de la incertidumbre actual. Antes de continuar, conviene distinguir algunos conceptos como el renting, el leasing o la propia financiación. Dada la diversidad de la oferta actual, es lógico que muchas veces se tiendan a confundir.
¿En qué se diferencian renting y leasing?
Aunque pueden llegar a parecerse, lo cierto es que renting y leasing poseen diferencias muy marcadas. No son más que dos términos anglosajones que en nuestro idioma pueden equivaler a «alquiler» o «arrendamiento». Ahora bien, la popularidad de la sonoridad inglesa se ha extendido tanto que en el mundo comercial rige por completo.
El renting constituye, en sí mismo, un contrato de alquiler más «puro» en su esencia. Tiene una naturaleza a medio y largo plazo (entre tres y cinco años), de un modelo a estrenar por un período de tiempo acotado. Las cuotas son mensuales e incluyen tanto el seguro del vehículo, como el mantenimiento. Como particularidad, los contratos establecen condiciones como un número máximo de kilómetros.
Volvo ha venido contemplando entre sus clientes diferentes opciones de renting para, por ejemplo, iniciarse en la movilidad eléctrica sin asumir los riesgos asociados a la compra en propiedad.
El leasing, por su parte, no es un alquiler, sino una compra sufragada por la marca. Una vez terminado el contrato (que comienza con una duración de dos años como mínimo), el conductor puede optar por devolverlo (como si lo hubiera alquilado) o adquirirlo por una cantidad definida a la hora de firmar el contrato. Estos acuerdos no suelen incluir los costes del mantenimiento o del seguro.
¿Cuáles son las ventajas de la financiación de Volvo?
Llegados a este punto, es de recibo analizar las ventajas de la financiación ocasional de Volvo. Si bien asociamos la financiación a una fórmula que permite sacar más partido a una compañía financiera asociada al fabricante en detrimento del comprador, este no es el caso.
Lo que Volvo ofrece es una especie de leasing a tres años, pero con seguro, mantenimiento y garantía incluidos. Vamos a repasar la «letra pequeña» de su oferta analizándolo con el Volvo XC40, según la cronología de los pagos:
- El precio de la versión Momentum del todocamino es de 31.698,15 euros.
- Para acceder a la financiación de Volvo, se ha de aportar una entrada de 12.224,60 euros.
- A continuación, habría que abonar 35 mensualidades de 80 euros. Es decir, 2.800 euros en casi tres años.
- Pasados esos tres años, el conductor elegiría si decide quedarse con el vehículo o no. En el primer caso, tendría que pagar lo que resta para completar el precio inicial, es decir, 16.673,55 euros.
El importe que la marca financia es, por tanto, de 19.473,55 euros. Lo provechoso es que a esa cantidad se le aplica un interés redondo del 0% para el TAE y el TIN. Volvo extiende una financiación análoga para sus todocaminos XC60 y XC90. Permite elegir entre diferentes versiones, entre las que están las de los semihíbridos o mild hybrid con etiqueta ECO.
Fórmulas de acceso a un coche a prueba de eventualidades
Despejados los intereses de la ecuación, hacer cuentas en la compra de un coche resulta algo más sencillo. Cada conductor habrá de afrontar sus propios cálculos para saber lo rentable de esta operación. No conviene olvidar que, en la oferta de Volvo, ya van incluidos mantenimiento y seguro, dos partidas que suelen elevar el coste total de propiedad.
Lo que queda patente es la ventaja de retrasar el momento de la decisión de la compra final. Esto es relevante, pues nos permite probar el coche en nuestro día a día durante un periodo de tiempo suficientemente representativo e ir anotando y/o descartando incertidumbres.
Es, lo que se podría decir, como una flexibilización del concepto del coche en propiedad sin que el conductor tenga que pagar de más por ello.