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El pasado verano se daba a conocer el estudio Promises, but no plans  (“Promesas, pero no planes”), elaborado por la asociación europea Transporte & Environment (T&E). Con este documento, han querido advertir de que, a pesar de las optimistas declaraciones, los fabricantes de automoción no están preparados para afrontar la transición energética que se pretende dar en la Unión Europea. Y, en concreto, que solo dos fabricantes, Volvo y VW Group, están verdaderamente capacitados para la llegada del coche eléctrico como principal forma de transporte.

El fabricante sueco brinda a los apasionados del futuro de la automoción la oportunidad de ponerse a los mandos de alguno de sus modelos 100% eléctricos durante el evento Volvo Studio Madrid. Acude al parking de El Corte Inglés de Nuevos Ministerios (Madrid) desde el 17 al 22 de mayo para vivir la experiencia de conducir un vehículo de última generación.

Los autores del estudio afirman que Volvo es “el fabricante con la estrategia general de vehículos eléctricos más coherente y apropiada”. Destacan su anticipación al mercado (han sabido convertir el XC40 Recharge eléctrico en un éxito de ventas en su segmento), sus planes industriales para la década en curso y su compromiso con la economía circular y el abastecimiento responsable. Pero ¿cuáles son las cifras exactas que han llevado a Volvo a liderar la clasificación de fabricantes mejor preparados?

Cómo saber si los fabricantes están preparados para el coche eléctrico

Para realizar esta clasificación, T&E se basa en su EV Readiness Index (Índice de Preparación para el Vehículo Eléctrico), para el que han considerado datos cuantitativos y estimaciones de producción de los 10 principales fabricantes en Europa. Los datos tomados corresponden al mercado de la UE, incluyendo Reino Unido, para la presente década. De igual forma, se ha realizado una revisión completa de las estrategias industriales que estos fabricantes han puesto en marcha para cumplir con sus objetivos.

Con estas cifras, el Índice concede a cada fabricante un máximo de 100 puntos, considerando su actuación en estos dos ámbitos principales:

  1. La ambición de sus objetivos en Europa (hasta 50 puntos), en el que se considera el peso del BEV dentro de las ventas de la marca en la UE, así como el peso de esta dentro del conjunto del mercado y sus previsiones anunciadas de ventas para 2030. Para ello, se le concede hasta 10 puntos según sus ventas de BEV en 2020, 15 puntos según sus planes de producción para 2025 y 25 más para 2030.
  2. La estrategia industrial (hasta 50 puntos), entendida como el conjunto de actuaciones y desarrollos llevados a cabo en materia de fabricación de baterías (20 puntos), plataformas diseñadas para BEV (20 puntos) e infraestructura de recarga (10 puntos).

Gráfica - Volvo está preparado para la llegada del coche eléctrico

Los autores del estudio aclaran que se ha querido dar el mismo peso al corto plazo (hasta 2025) que al largo plazo (2030). Aunque, evidentemente, los fabricantes aún tienen margen de maniobra para alcanzar los objetivos propuestos para el final de la década, se interpreta que los logros de cada uno de ellos a día de hoy pueden ser ya determinantes para su desempeño a lo largo de los próximos años.

Volvo, líder en la transición hacia el coche eléctrico

Uno de los aspectos económicos en los que más se han fijado los creadores del informe es en los planes de producción de vehículos eléctricos por parte de los fabricantes en Europa. En el corto plazo (entre 2020 y 2025), la previsión es que la cuota de mercado del BEV sea del 23 % (además del 12 % que supondrán los híbridos enchufables). Se espera que sea Volvo el que lidere la transición hacia el coche eléctrico, con un 57 % de su producción europea dedicado al BEV hasta esa fecha, y muy por delante del siguiente clasificado, con el 35 %.  Gráfica - Volvo está preparado para la llegada del coche eléctrico En el medio y largo plazo (2025 a 2030), se estima que la cuota de mercado del BEV sea del 48 % (11 % la del PHEV), marco en el que se alternarán importantes avances de algunos fabricantes con el estancamiento de otros tantos. En estos años, se prevé que Volvo, con un 83 % de su producción dedicada al BEV, siga teniendo un papel fundamental en la transición. El promedio del resto de fabricantes estaría situado en torno al 48 %, aunque con cifras muy dispares entre unos y otros.

En la valoración de las unidades vendidas por cada fabricante, los técnicos de T&E han tenido en cuenta la presencia de Volvo como fabricante prémium frente a las marcas generalistas, que priorizan los grandes volúmenes de producción. Se ha visto reflejado también en la estimación del número de modelos BEV disponibles en los distintos periodos; Volvo ha sido considerada en solitario junto con su marca especializada Polestar, mientras que los grandes grupos que aúnan varias marcas aparecen con cifras englobadas. Así, Volvo aparece reflejado en el estudio con 10 modelos de coches eléctricos en 2025 y 11 en 2027. Actualmente cuenta, además del mencionado XC40 Recharge eléctrico, con el crossover dedicado C40 y la berlina Polestar 2, mientras que la versión eléctrica del XC90 espera en la parrilla de salida para 2022.

La aportación de Volvo en los objetivos medioambientales de Europa

Esta aportación de Volvo, en particular, y de los fabricantes de vehículos en general, será fundamental para que la Unión Europea pueda cumplir sus propios objetivos de transición energética. Entre ellos, destaca el European Green Deal o Pacto Verde Europeo, la hoja de ruta de los estados miembros hacia una economía sostenible con la que pretenden convertirnos en el primer continente climáticamente neutro en 2050. Los planes para el vehículo de combustión son claros y concisos, buscando reducir progresivamente su presencia en el mercado hasta su completa desaparición de los concesionarios en 2035.

En su estudio, T&E ha querido trazar un paralelismo entre la trayectoria planteada por la Unión Europea y las previsiones de producción de los distintos fabricantes. Para ello, han comparado los objetivos de cuota de mercado en los estados miembros de los vehículos ZEV (Zero Emission Vehicles o Vehículos Cero Emisiones) con las cuotas estimadas de BEV de los fabricantes en los respectivos períodos. Se entiende que existe una relación directa entre el Pacto Verde Europeo y los planes de las marcas, ya que las políticas comunitarias deberían servir de estimulante para impulsar la ambición de aquellas.

  • 2025: se espera que se cumpla el objetivo del 22 % de cuota de mercado del BEV para el 2025, ya que se estima que entre todos los fabricantes se alcance el 26 %. Se logrará principalmente por la anticipación de Volvo, que contempla una participación del BEV en el 59 % de sus ventas, más del doble de la media de la mayoría de fabricantes (23-27 %).
  • 2027: nuevamente se cumpliría el objetivo del 37 %, aunque de forma más ajustada, ya que se estima una cuota del 38 %. Solo cuatro fabricantes cumplirían con su parte, incluido Volvo, que nuevamente tiraría del carro con una cuota prevista del 77 %.
  • 2030: en cambio, para ese año no se prevé cumplir el objetivo del 66 %, pues incluso con las estimaciones más optimistas de los fabricantes solo se alcanzaría una cuota del 57 %. Solo Volvo y Ford prometen tener una producción 100 % de vehículos eléctricos puros.

Gráfica - Volvo está preparado para la llegada del coche eléctrico

Volvo, el fabricante prémium con mejor estrategia industrial

La segunda categoría del Índice de Preparación para el Vehículo Eléctrico la conforma la Estrategia Industrial de los fabricantes. Se trata de una evaluación cuantitativa de las distintas actuaciones y desarrollos que están llevando a cabo, o planean hacerlo, para la consecución de sus objetivos de ventas. Para ello, los autores del estudio reparten los 50 puntos de la categoría en tres áreas:

  • Plataformas BEV (20 puntos): Los planes para el desarrollo y uso de plataformas diseñadas específicamente para vehículos cien por cien eléctricos.
  • Baterías (20 puntos): Todo lo relacionado con ellas, desde la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías hasta el abastecimiento ético o el reciclaje de las mismas.
  • Infraestructura de recarga (10 puntos): Aquí se incluyen las posibles aportaciones de las marcas al desarrollo de la red de puntos de carga, tanto pública como privada.

En esta categoría, Volvo lidera por su estrategia industrial entre los fabricantes prémium. En materia de arquitecturas, T&E reseña la fabricación de la plataforma SPA2  (que montará el próximo XC90 eléctrico) en líneas de producción propias y separadas de las versiones híbridas; y también el uso de la plataforma SEA, exclusiva para vehículos eléctricos, y que conoceremos en el futuro con el XC60 Recharge eléctrico y el nuevo XC20. Se calcula que el fabricante utilizará plataformas dedicadas en el 60 % de sus BEV para 2025 y para el 100% de ellos en 2030.

Los autores del artículo también destacan la estrategia de Volvo para sus baterías, especialmente la presencia de su fábrica de ensamblaje en Gante (Bélgica) y sus importantes acuerdos a largo plazo con los fabricantes de celdas CATL y LG Chem. Y como aportación a la infraestructura de recarga, T&E reseña el proyecto de estaciones de recarga Volvo Recharge Highways y su participación en el programa V2X de tecnologías que conectan al vehículo con el hogar (vehicle-to-home) y a la red eléctrica (vehicle-to-grid).

Más allá de las cifras: también es importante cómo se cumplen los objetivos

En su informe, T&E ha querido ir más allá de cifras y números. Se hace también hincapié en la utilización por parte de Volvo de tecnologías de blockchain para aumentar la trazabilidad de sus materias primas y garantizar en la medida de lo posible un suministro responsable en sus procesos productivos. El fabricante sueco participa para ello en iniciativas como la Responsible Minerals Initiative, que busca mejorar las condiciones de trabajo en los países de origen de estos materiales.

Otros acuerdos de relevancia son los firmados con BatteryLoop y Fortum & Comsys AB para la reutilización de baterías de segunda mano como sistemas de almacenamiento de energía para fuentes renovables. Volvo cuenta, además, con sus propios procesos de reciclaje de materiales y un servicio propio de recogida de baterías usadas. Todo ello entra dentro de los planes de Volvo de convertirse en una empresa sostenible y de economía circular

Imágenes | Transport & Environment, Volvo Cars