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El cambio de década está animando el panorama de la movilidad más sostenible con nuevos y avanzados modelos eléctricos. Varias son las señales que nos hacen pensar que estamos ante los años de consolidación de la movilidad eléctrica, pero tres son las claves que determinarán el auge definitivo del coche eléctrico


El nuevo híbrido de Volvo combina un motor eléctrico con uno de combustión con tecnología Drive-e, ofreciendo máxima potencia y mínimo consumo. Explora las características del XC40 con motor T5 Twin Engine.

El fabricante Volvo es uno de los que más están impulsando esta tendencia, con la recién estrenada gama Recharge de vehículos enchufables. El primero en salir bajo la nueva denominación es el Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable, al que pronto seguirá el Volvo XC40 Recharge, el primer eléctrico puro de su gama.

Mejores baterías, coches eléctricos más baratos

La batería es quizás el elemento más determinante en un coche eléctrico (híbrido o puro), y por tanto, de la movilidad eléctrica. Las autonomías que los fabricantes puedan lograr va a determinar cuán rápido se implante la movilidad eléctrica entre los consumidores, pues deben adaptarse a nuestro ritmo de vida.

Por ejemplo, el Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable, el SUV compacto híbrido de Volvo, cuenta con una autonomía de más de 40 kilómetros, lo que permite circular en modo eléctrico durante una jornada media en la ciudad. Si nos fijamos en el Volvo XC40 Recharge, en la versión eléctrica pura del SUV, se estima que su batería de 78 kWh ofrezca una autonomía de unos 400 kilómetros. Ello nos permitiría pasar varias jornadas sin necesidad de cargarlo y poder realizar viajes por carretera.

Estas cifras, aunque suficientes para un estilo de vida medio, pronto quedarán atrás con la llegada de las nuevas baterías. Los fabricantes como Volvo ya trabajan con las esperadas baterías de estado sólido, que serán más livianas, compactas y con una densidad dos o tres veces mayor. Estas baterías doblarán y triplicarán las autonomías actuales, alcanzando cifras similares a la de los repostajes del vehículo convencional.

Otro camino a seguir es el que sustituirá el litio y el cobalto como materiales fundamentales para la fabricación de baterías. Estos elementos no son abundantes en la naturaleza ni fácil de extraer, lo que plantea dificultades de tipo laboral y medioambiental en el proceso. Por suerte, los científicos ya están investigando en el uso de materiales alternativos, como sodio, calcio, azufre o el supercomponente grafeno.

Todo ello permitirá fabricar baterías más baratas, y por consiguiente, vehículos híbridos y eléctricos más eficientes y baratos. El aumento de las ventas propiciará la aplicación de economías de escala por parte de los fabricantes, que acabarán equiparando los precios de mercado de los coches electrificados con los convencionales. Los expertos estiman que entre 2023 y 2025 se igualarán los precios de uno y otro tipo de vehículos.

La recarga eléctrica como negocio, más puntos para cargar nuestro vehículo

Independientemente de la autonomía de las baterías eléctricas, contar con una red de puntos de carga es esencial para la adopción de la movilidad eléctrica. Aunque la carga en nuestro garaje es una gran opción (de hecho, Volvo ofrece un año de energía gratis al adquirir uno de sus modelos electrificados), las estaciones de carga son fundamentales para aquellos que quieran realizar largos trayectos, o que simplemente no cuenten con una plaza de garaje.

Por eso, la responsabilidad de aumentar esa red de puntos debe ir más allá de la voluntad de las instituciones o los centros comerciales. La recarga eléctrica debe ser un negocio rentable que incite al sector privado a invertir en más estaciones.

Las grandes empresas energéticas lo saben, y ya han dado los primeros pasos para posicionarse en el sector. La clave estará en las gasolineras, que serán la base para el despliegue en la red de carreteras. Las autoridades ya han dicho que deben transformarse en electrolineras o como poco en estaciones multi-suministro.

Aquí las grandes petroleras lo tienen todo a favor, ya que cuentan con la propiedad de gran parte de las estaciones. Las tres grandes (Shell, BP y Chevron) han marcado cifras récord en inversión en soluciones de energía neutra y empresas de renovables. En España Repsol, que invierte el 17% de su presupuesto en renovables, ha adquirido la sociedad Viesgo. Cepsa ha firmado un acuerdo con Ionity para instalar más de cien puntos de recarga ultrarrápida en sus estaciones de servicio.

A esta carrera se han sumado también las grandes eléctricas, que quieren también su parte de mercado. Estas cuentan a su favor con su gran experiencia en la generación de energía y en las redes de suministro eléctrico. Poseen una ventaja competitiva en el escenario urbano. Endesa, por ejemplo, instalará más de 100.000 puntos de recarga en aparcamientos públicos, residenciales y corporativos.

Pero las eléctricas no descartan competir en las vías interurbanas, como Iberdrola que ha firmado acuerdos con gasolineras independientes y con las cuales quiere instalar 25.000 puntos en las principales autovías del país. Sin duda, tanta competencia solo puede verse como una ventaja para el consumidor, que verá aumentado los puntos de recarga en toda España y con unos precios muy competitivos.

Normativas más rigurosas, fabricantes más comprometidos

La contaminación en las ciudades se ha convertido en un problema para las instituciones y la sociedad, que ya lo considera «el nuevo tabaco». El tráfico rodado es el causante de en torno el 50% de esa contaminación, por lo que las instituciones tienen claro que la solución pasa por restringir el acceso a los coches más contaminantes.

Primero llegaron los protocolos anticontaminación, que limitaron temporalmente el acceso a los vehículos en momentos de altos niveles de polución. Hoy más de treinta ciudades españolas los aplican. Luego vinieron los planes municipales, que plantean estas restricciones de circulación de manera permanente. Los más sonados son Madrid Central (ahora Madrid 360) y la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona.

En este contexto, los vehículos híbridos y eléctricos se erigen como la gran alternativa al convencional de combustión. En pocos años, solo este tipo de vehículos (los que reciben el distintivo ambiental de la DGT de tipo ECO y CERO) podrán acceder y circular por las grandes ciudades de nuestro país. Ya cuentan con importantes beneficios fiscales y de movilidad (aparcar gratis, circular por el carril VAO…) que los hacen atractivos para aquellos que hacemos nuestro día a día en la ciudad.

Otra normativa que ya está sirviendo de impulso de la movilidad eléctrica es la Corporate Average Fuel Emissions (CAFE). Esta medida implantada por la Unión Europea impone a los fabricantes determinados límites de emisiones de CO2 a sus nuevos vehículos.

La cifra para 2020 será de una media por vehículo de 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, pero irá disminuyendo en años sucesivos. Para calcular el nivel de emisiones de cada fabricante, se halla la media de las emisiones de todas las unidades y de todos y cada uno de sus modelos.

Algunos fabricantes como Volvo han decidido anticiparse y apostar por una gama de vehículos totalmente electrificada. La firma sueca es la única del sector que cuenta con una versión híbrida enchufable de todos sus modelos entre los que encontramos al Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable. Estiman que este año 2020 este tipo de vehículos supongan el 20% de sus ventas totales. 

Para 2025 pretenden ser más ambiciosos: lograr un 50% de ventas en coches eléctricos y el otro 50% en híbridos enchufables. De conseguirlo, sería la prueba definitiva de que estamos ante la década de la movilidad eléctrica.