El esfuerzo de las instituciones y los fabricantes por fomentar una movilidad sostenible está dando sus frutos. Los vehículos con motorización eléctrica son cada vez más frecuentes en nuestras calles, sobre todo los híbridos. Y es evidente que la movilidad del futuro circulará en un coche eléctrico puro.
Pero, ¿de qué sirven los vehículos sostenibles si para fabricarlos seguimos contaminando la atmósfera, mares y ríos? Para que podamos hablar de una movilidad realmente limpia, se han de fabricar vehículos de una forma igualmente limpia. ¿Cómo lograrlo?
Para explicarlo vamos a fijarnos en el modelo de fabricación sostenible de Volvo, que ha apostado por las plantas de impacto ambiental nulo. Y como ejemplo tomaremos el Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable, el nuevo híbrido de los suecos que nos introduce su nueva gama “Recharge” de automóviles electrificados.
Menos residuos generados por la actividad de la empresa
En cualquier empresa, la propia actividad de sus trabajadores genera una gran cantidad de residuos: papel, envases, cristal… La digitalización de soportes (pantallas, programas informáticos, Internet…) está permitiendo a muchas empresas reducir su consumo de papel. Algo similar ocurre con el vidrio, con el uso de recipientes reutilizables y reciclables. Con el plástico, material altamente contaminante, la solución pasa por su sustitución allá donde no es estrictamente imprescindible.
Volvo se ha comprometido a utilizar menos plástico en sus actividades y ya ha iniciado un proceso para eliminar los artículos de un solo uso en instalaciones y eventos de todo el mundo. El fabricante sustituye cada año más de 20 millones de objetos de plástico como cubiertos, vasos y envases de comida, por alternativas más sostenibles como productos biodegradables hechos de papel, celulosa y madera.
En España, sin ir más lejos, Volvo ha sustituido distintos tipos de plásticos de uso en el trabajo diario de sus talleres por materiales textiles de múltiples usos, lavables y reutilizables. De este modo, se apunta a una reducción de 7,2 toneladas de plásticos.
Sistemas de trabajo y fabricación eficientes
Para lograr una fabricación sostenible, también es esencial optimizar los recursos y maximizar la eficiencia en el proceso de producción. En Volvo se organizan en equipos de trabajo para fomentar la inspiración entre sus miembros y lograr mejores resultados conjuntos.
En la optimización de los recursos juega un papel fundamental el uso de plataformas modulares. Estas usan una misma estructura y elementos comunes para varios modelos de la gama. El Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable está montado sobre la plataforma CMA, que servirá para los próximos modelos de la Serie 40, incluidos los eléctricos puros. Con ello, Volvo consigue aplicar economías de escala y, por tanto, ahorrar en recursos y reducir los costes.
Electricidad procedente de fuentes renovables
Como en todas las industrias, el suministro de energía eléctrica es fundamental. Esta electricidad proviene de varios tipos de fuentes, de origen fósil (gas, carbón, petróleo, etc.) o renovables. De poco sirve hablar de fabricación sostenible si la energía que requieren las plantas no se obtiene de forma limpia. Esto depende del mix energético de cada país y de las propias suministradoras, pero por suerte muchas empresas apuestan por el autosuministro.
En el caso de Volvo, todas sus fábricas europeas funcionan íntegramente con energías renovables (hidroeléctrica o eólica). Pero a ello se ha sumado recientemente la instalación solar de la fábrica de Gante (Bélgica), compuesta de más de 15.000 paneles fotovoltaicos. Con ello, Volvo consigue autoabastecerse.
Calefacción no contaminante
Los sistemas de calefacción son unos grandes demandantes de energía y también de los mayores generadores de contaminación. Por suerte, al igual que ocurre con la generación de electricidad, hemos encontrado diferentes fuentes de calor ecológicas. En los países escandinavos, donde la calefacción es imprescindible, han apostado desde hace años por fuentes como la incineración de residuos, la biomasa o los biocombustibles reciclados.
Para una fabricación sostenible, contar en las plantas con sistemas de calefacción de este tipo resulta clave. Por ejemplo, la planta de Volvo en Skövde ha conseguido reducir sus emisiones en un 40%, lo que supone el ahorro de 15.000 toneladas de CO2 al año. Volvo ha firmado acuerdos con proveedores locales que le permitan aplicar estos tres sistema.
Procesos de pintado ecológicos y eficientes
El pintado es, sin duda, el acabado más importante en la fabricación de un vehículo. Rrequiere de una gran cantidad de sustancias que, si no se usan con responsabilidad, resultan muy contaminantes. Por suerte, fabricantes como Volvo han desarrollado sistemas automatizados que permiten usar la cantidad estrictamente necesaria de pintura, disolventes y productos de limpieza. Además, se utilizan sustancias cada vez menos nocivas, como las pinturas basadas en agua.
Con soluciones como estas, Volvo ha hecho de su planta de pintado en Torslanda la más ecológica desde 1991, año en que fue inaugurada. Además, este año van a comenzar las obras de su multimillonaria ampliación, con un nuevo taller que ampliará los casi 300.000 vehículos al año que ya pasan por Torslanda.
Materiales ecológicos y reciclados
La llegada del plástico a la industria de la automoción supuso un gran avance en ese momento, pues se trata de un material económico, ligero y dúctil con el que fabricar infinidad de piezas. Sin embargo, el plástico constituye hoy un problema medioambiental y la única posibilidad para una fabricación sostenible pasa por dos vías: el uso de materiales biodegradables para reducir al máximo los residuos plásticos y la utilización de plásticos reciclados con aquellos residuos ya generados.
La solución que Volvo propone en este punto consiste en utilizar plástico reciclado procedente de botellas o redes de pescar, para elementos como las alfombrillas o los salpicaderos. El objetivo del fabricante sueco es utilizar en 2025 al menos un 25% de plástico reciclado. Por otro lado, en la tapicería de modelos de la Serie 90 se usan materiales naturales y biodegradables como la lana, que sustituyen así a textiles sintéticos de origen plástico.
Reacondicionamiento de piezas
El reacondicionamiento es, junto con el reciclaje, el gran pilar fundamental de la llamada economía circular. Reutilizando piezas antiguas se consigue un doble propósito: darle valor a un residuo que de otra manera impactaría en el medioambiente, y evitar el proceso de fabricación de una nueva pieza. Por ejemplo, un producto reacondicionado por Volvo significa un ahorro del 85% en las materias primas de ese producto, y un 80% de la energía utiliza en su fabricación, si fuera nuevo.
El reacondicionamiento es algo que ya hacemos cuando acudimos a un desguace a por una pieza de segunda mano. Pero además, con el reacondicionamiento de fabricante se aplican al producto los mismos estándares. Volvo reacondiciona hasta un 15% de sus componentes, con los que garantizan el mismo nivel de calidad que el producto original.
Ese ahorro energético también influye en lo que el fabricante ofrece a los conductores. Para integrar a todos en la sostenibilidad y la electrificación, Volvo otorga un año de electricidad gratis al adquirir uno de sus modelos híbridos enchufables.
Como vemos, son muchas y muy variadas las claves para conseguir un proceso de fabricación sostenible y ecológica. Con los avances en ciencia y tecnología, y el compromiso de fabricantes como Volvo, se irán imponiendo cada vez más. Volvo se ha puesto una cifra en mente: implantar en 2025 su modelo de impacto ambiental cero en todas sus plantas del mundo y reducir un 25% las emisiones de carbono en su fabricación, logística y cadena de suministro global.
Estas acciones se compatibilizan con la electrificación completa de la flota del fabricante, apostando por modelos híbridos enchufables como el Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable y reforzando la consolidación de la sostenibilidad en todas las fases del proceso productivo.