Es una evolución que pasa desapercibida, pero que marca la diferencia en nuestra manera de viajar en coche. Hace años, conducir durante más de 300 kilómetros equivalía a llegar cansado a destino. Las vibraciones, un menor control del vehículo y la repercusión de cada bache en nuestro cuerpo eran las responsables.
Hoy, hacer el mismo viaje en un coche de última generación como el Volvo XC60 es prácticamente un paseo. La tecnología aplicada al confort es la que se encarga de ello sin que apenas nos demos cuenta.
Comodidad a medida
La evolución de las tecnologías de confort en los vehículos ha seguido la senda de la personalización. La posibilidad de adaptar todo tipo de sistemas a nuestra manera de conducir ha aportado dinamismo y flexibilidad al concepto de comodidad a bordo.
A la hora de aportarnos una conducción más agradable, son muchos los elementos que influyen. Incluso el chasis del vehículo puede ser un factor clave que proporcione un mayor control y multiplique el confort al conducir.
Este es el caso de los Volvo XC60 equipados con chasis activo, que integra un sistema de suspensión neumática opcional. Gracias a esta tecnología, el coche es capaz de realizar los ajustes necesarios para aportar la máxima comodidad y eficiencia de manera automática.
Suspensión neumática, la clave
En el caso del Volvo XC60, su sistema de suspensión neumática es el que facilita el máximo confort a conductor y pasajeros en cada momento de su viaje. De hecho, este dispositivo permite regular la altura libre del vehículo sobre el suelo en función de la velocidad a la que circule. Como resultado, la aerodinámica mejora y aumenta la estabilidad del coche.
En el Volvo XC60, la amortiguación está ajustada normalmente para que disfrutemos de la máxima comodidad. Además, se regula de manera continua en función de características como la superficie de la calzada, la aceleración del vehículo, el uso de los frenos y la toma de curvas. Esto quiere decir que la repercusión en nuestro cuerpo de los elementos sobre los que pase el coche será siempre la mínima posible. También que nuestra seguridad aumentará.
Modos de conducción, los grandes aliados
Precisamente la regulación de la suspensión es una de las características incluidas en los modos de conducción que podemos seleccionar en función de nuestras preferencias. Se trata de opciones que nos ayudan a desarrollar una conducción más deportiva, más eficiente o incluso adaptada a nuestra manera de circular, por peculiares que seamos.
El Volvo XC60 ofrece diferentes modos de conducción que ayudan a acceder rápidamente a las diversas funciones y ajustes del vehículo en diferentes situaciones. Solo hay que indicar el modo que se prefiere.
En el caso del Volvo XC60 T8 Twin Engine, con motorización híbrida enchufable, esos modos son cuatro: Hybrid, Pure, Power o Individual.
En el modo Hybrid, el vehículo emplea gasolina y energía eléctrica para conseguir el máximo equilibrio entre potencia y eficiencia. Si lo que se desea es desarrollar una conducción con cero emisiones, el modo Pure empleará únicamente el motor eléctrico. Por su parte, el modo Power combina la potencia del motor de gasolina y el eléctrico para proporcionar el máximo rendimiento, con la activación de la tracción permanente a las cuatro ruedas. El modo individual es el que nos permitirá combinar los distintos elementos de los otros modos para crear uno adaptado a nuestras preferencias.
Así se adapta el chasis
Dentro de esos cuatro modos de conducción, los Volvo XC60 T8 Twin Engine equipados con chasis activo realizan una serie de ajustes adicionales para adaptarse a cada modo de conducción. Más allá del empleo de uno u otro motor, otros sistemas se adaptan para ofrecer las mejores características en cada uno de los modos.
Entre los dispositivos que se ajustan en cada modo de conducción se encuentran la dirección, los frenos, la caja de cambios, la tracción, la amortiguación, el sistema Start/Stop o incluso la pantalla del conductor y el climatizador.
El resultado de estos ajustes es una mayor o menor dureza del volante, una suspensión más o menos flexible o unos frenos preparados para realizar frenadas más o menos bruscas. Todo ello, en función del tipo de conducción que deseemos realizar en cada momento a bordo del todocamino.
Trayectos más cómodos
Estas adaptaciones son las que nos permiten controlar mejor el vehículo en cualquier situación. Una característica que resta gran parte de la tensión al conducir y, por tanto, se traduce en trayectos más cómodos, incluso si decidimos hacerlo de manera deportiva.
A este objetivo contribuyen otros elementos como los asientos envolventes, que en el caso del Volvo XC60 aportan comodidad a los cincos ocupantes del vehículo. Estos elementos, combinados con la suspensión neumática, son capaces de marcar la diferencia en cuanto a confort, sobre todo durante los trayectos largos.
Esa magia que hace posible que los viajes de hoy no tengan nada que ver con los de hace años está, en realidad, detrás de la tecnología que equipan los vehículos modernos. Un apartado que no cesa en su evolución para ofrecernos una experiencia al volante cada vez más flexible y cómoda.