La contaminación atmosférica es responsable de hasta siete millones de muertes al año, según datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud. Las emisiones provenientes del transporte suponen una fracción relevante de este fenómeno. En ese sentido, sobre la industria de la automoción recae gran parte de la responsabilidad de proteger de los malos humos a los que están fuera de los vehículos, pero también a los de dentro.
No es la primera llamada de atención que nos da nuestro planeta. En este caso, muchas ciudades sufren de ambientes cargados de agentes perniciosos para la salud.
Aunque bien es cierto que el transporte no es quizá el primer generador de partículas, sí que representa una buena parte. Si tenemos en cuenta el indicador en que se ha convertido el dióxido de carbono, encontramos que las emisiones derivadas de la movilidad suponen alrededor de un cuarto del total.
Ante este panorama, las emisiones urbanas del tráfico rodado poseen sus particularidades, por atacar de forma especial a los habitantes de las ciudades (o del extrarradio, en el caso de las emisiones de ozono). De ahí surge la necesidad de apoyar un cambio en el tipo de movilidad hacia formas de transportes más limpias, como el que propone la hoja de ruta de Volvo con las motorizaciones eléctricas.
A qué nos referimos cuando hablamos de emisiones contaminantes
Las ciudades viven su propia «burbuja» gaseosa. Este es uno de los motivos por el que los núcleos urbanos se han convertido en el hábitat natural de la innovación en materia de sostenibilidad.
No hay proyecto de smart city que no afronte la necesidad de incrementar la calidad del aire y la eficacia en el transporte. Soluciones que se demandan y aplican de forma muy diversa.
Por ejemplo, las grandes urbes chinas reclaman una respuesta inmediata a un problema que incide de forma directa sobre los servicios sanitarios. Aunque las investigaciones en la materia siguen arrojando a fecha de hoy nuevas influencias entre emisiones y enfermedades, la OMS desglosa así los males que causa la contaminación del aire:
- Cardiopatía isquémica: 40 %.
- Accidente cerebrovascular: 40 %.
- Neumopatía obstructiva crónica: 11 %.
- Cáncer de pulmón: 6 %.
- Infección aguda de las vías respiratorias inferiores en los niños: 3 %.
Los principales agentes contaminantes que originan este tipo de enfermedades y tienen que ver con el transporte son los óxidos de azufre (SOx), los óxidos de nitrógeno (NOx), el ozono (O3) y las partículas en suspensión (PM).
Provenientes de los combustibles, su incidencia sobre la salud responde a procesos complejos. Y es que interactúan entre ellos y con otros gases provocando situaciones dispares que van más allá del lugar y el momento en que escapan de un tubo de escape.
Movilidad sostenible, la llave que abre la puerta del cambio
Los científicos y expertos llevan décadas advirtiendo de la necesidad de un cambio, pues lejos de mejorar, la situación que viven algunas ciudades con la calidad del aire es tal que sin duda reduce los niveles bienestar de sus habitantes.
Los fabricantes de automóviles no han dejado de promocionar diferentes reacciones. Sin embargo, hasta la fecha han sido pocos los que han respaldado con hechos la apuesta por una movilidad limpia. Volvo ha sido una de las compañías que más esfuerzo ha dedicado en integrar una hoja de ruta que responda a criterios de movilidad sostenible.
Lo ha hecho introduciendo diferentes tecnologías que implementaron la eficiencia: start/stop, cuidando la aerodinámica del diseño escandinavo, automatizando sus transmisiones o actualizando sus propulsores bajo el sello Drive-E. Esta progresión se ha culminado con el salto definitivo a la electrificación.
De este modo, la compañía sueca lleva años electrificando sus modelos, como el Volvo XC60. Las motorizaciones T5 y T8 Twin Engine han permitido obtener soluciones como el Volvo XC60 Recharge híbrido enchufable. Volvo ha trabajado para electrificar así toda su gama.
Además, el objetivo de la compañía es que ir aumentando la oferta de modelos 100 % eléctricos. Para ello, prepara una ofensiva centrada en esta clase de motorizaciones. La conciencia medioambiental de la compañía no acaba ahí. Ha revisado sus procesos de producción para aumentar la sostenibilidad de todos ellos.
Purificar el aire en el vehículo: el Volvo XC60 ya lo hace
Con todo, quedan varios años para una implantación masiva de los vehículos eléctricos y que el parque automovilístico se renueve al completo. Se trata de algo que entra dentro lo esperado en la paulatina revolución de la movilidad eléctrica.
Mientras tanto, ¿existe alguna tecnología que nos permita protegernos de la contaminación atmosférica mientras circulamos? La respuesta es sí. De hecho, los denominados purificadores de aire fueron innovaciones de años atrás. Poco a poco, han ido incorporándose a los vehículos, al tiempo que se perfeccionaba su funcionamiento.
Así, el Volvo XC60 cuenta con un sistema automatizado que lleva por nombre Advanced Air Cleaner. Si la idea primigenia consistía en impedir el acceso de las partículas más nocivas al interior del coche, Volvo ha ido un paso más allá al propiciar una tecnología que detecta y expulsa los contaminantes del habitáculo.
¿Cómo funciona el sistema Advanced Air Cleaner?
Volvo ha dotado el interior del vehículo con un sensor que identifica las partículas en suspensión (PM) con un diámetro inferior a 2,5 micras (PM 2,5). El matiz del tamaño de las mismas es más que relevante. Hasta no hace tanto, la referencia de diámetro para estas partículas era de 10 micras (PM 10).
Los expertos constataron, en cuestión de contaminación procedente de los tubos de escape, que era necesario cuantificar las PM a una escala menor, debido a que estas causan mayores daños al ser capaces de penetrar en los alveolos pulmonares y recalar en la circulación de la sangre.
El purificador de aire Advanced Clean Air expulsa este tipo de partículas hasta en un 95 % mediante un filtro de fibra sintética y un proceso de ionización. Además, Volvo ha acertado en integrar sus funciones en la app Volvo On Call. Es posible conocer en remoto la cantidad de PM 2,5 acumulada en el habitáculo y programar una limpieza previa momentos antes de montarnos en el vehículo.
Un avance de estas características demuestra la vocación de Volvo por proteger la salud. No es una coincidencia que en el modelo sueco de movilidad se integren en un mismo concepto la seguridad vial y la sostenibilidad. Por eso, la prevención no solo está en salvar los factores de riesgo más corpóreos, sino también otros como las PM, imperceptibles para el ojo humano.