Tras décadas de materialismo y consumismo desaforados, hechos como la crisis financiera o la pandemia han cambiado nuestra mirada, dirigiéndola hacia un estilo de vida minimalista y con menos cargas. Esto no quiere decir que hagamos voto de austeridad, pero sí que empezamos a valorar la calidad frente a la cantidad, la reutilización frente al desperdicio prematuro, los productos personalizados frente al “todo incluido”. Es un contexto en el que los más jóvenes se sienten especialmente cómodos, con sus servicios de renting y su “pay-per-use”.
Los fabricantes de coches, conscientes de que sus clientes son cada vez más exigentes, tratan de ofrecer productos más ajustados a sus necesidades reales a la par que a sus bolsillos. Jim Rowan, CEO de Volvo Cars, dice que “cuanto quitas lo innecesario, hay más espacio para lo demás”. Se refiere efectivamente al Volvo EX30, el nuevo B-SUV eléctrico puro del fabricante. Pero bien podría estar hablando de nuestra economía doméstica o estilo de vida, para lo que el nuevo modelo parece diseñado como anillo al dedo.
Compra solo lo que necesites: maniobrabilidad y accesibilidad
Los SUV son, por definición, grandes. El mayor tamaño y espacio son algunas de sus señas de identidad, que los convierten en excelentes coches familiares o de viaje. Pero si no necesitamos todo ese espacio para acompañantes o equipaje, y tan solo queremos un coche ágil y cómodo para la ciudad, ¿por qué tenemos que pagar más por ello? Por supuesto, siempre podemos hacernos de un compacto eléctrico, pero quizás no queremos renunciar al confort y prestaciones de los SUV.
El nuevo Volvo EX30 ofrece precisamente eso. Con 4,23 metros de largo se sitúa de lleno en el segmento B-SUV. Son 21 centímetros menos que el XC40, y también es ligeramente más estrecho (1,83 metros). La altura de la posición del conductor sí es similar, por lo que no perdemos visibilidad ni sensación de control. Con todo, estamos ante el Volvo más ágil y habilidoso en las calles. Y es más fácil de aparcar, también porque cuenta con el sistema Park Pilot Assist, por lo que podremos apurar en los huecos más ajustados.
Algo similar ocurre con el sistema propulsor. Un eléctrico puro es ideal para la ciudad, pero quizás no necesitemos la mayor de las potencias, ni una autonomía desmesurada. Volvo no descarta ninguna posibilidad, y ofrece 3 combinaciones de motorización (uno o dos motores) y batería (51 o 69 kW) para que escojamos según nuestras preferencias. Al final se trata de un producto a la carta, donde escoger entre más o menos potencia, más o menos autonomía, o un equilibrado punto medio.
Por supuesto, comprar solo lo que necesitas implica pagar solo por lo que necesitas. Y es que el Volvo EX30 es también el modelo más accesible del fabricante sueco, siempre teniendo en cuenta que estamos ante un eléctrico premium que no escatima en sistemas de seguridad. Podemos conseguir un Volvo EX30 desde 34.000 euros, o por 559 euros al mes si optamos por su oferta de renting.
La importancia de los pequeños detalles: habitabilidad y confort
Que compremos un coche más pequeño, no quiere decir que tengamos que renunciar a ir cómodos, llevar acompañantes o cargar equipaje. Y siendo Volvo un fabricante premium, no se puede escatimar en equipamiento y elementos de seguridad. La clave está en conseguir el mismo espacio interior en unas dimensiones exteriores más reducidas.
¿Cómo se consigue en el Volvo EX30? Principalmente con un diseño inteligente del vehículo, prescindiendo de detalles innecesarios y con una disposición más eficiente de los elementos. La línea de diseño limpia y minimalista de Volvo (de estilo nórdico e inspirado en la naturaleza) también ayuda a ello. Los elementos son más delgados y hay menos huecos “muertos” entre ellos, con lo que ganamos espacio para estirar las piernas, no tocar el techo con la cabeza, etc.
El ejemplo más claro en Volvo es la disposición de las baterías, que garantiza un maletero de 318 litros más 19 del compartimento bajo el capó (ideal para el cable de carga, triángulos, botiquín, etc.). Pero el EX30 ofrece una serie de detalles únicos que, aunque sutiles, suponen en conjunto una mayor habitabilidad y practicidad. Por ejemplo, con la impresionante barra de sonido Harman/Kardon en el salpicadero, se prescinde de altavoces en las puertas, que ahora acogen amplios bolsillos laterales.
Otro ejemplo. Con la interfaz intuitiva y dinámica en la pantalla central (de 12,6 pulgadas), se eliminan muchos controles y botones físicos, con lo que se ha podido colocar ahí la guantera y dejar el espacio libre para las piernas del acompañante. También entre los dos asientos, el espacio del túnel central y el reposabrazos esconden compartimentos para cargar el móvil, bebidas, documentación y cualquier cosa que tengamos que guardar.
Cuando menos es más: eficiencia y sostenibilidad
Existe una máxima en automoción: a menor tamaño, menor peso, menor resistencia de rodadura y, por tanto, más eficiencia energética. Aunque no siempre se cumple, sí lo hace en el Volvo EX30, con un peso a partir de 1830 kg, inferior al del C40 y XC40. Por supuesto, la aerodinámica también influye, que en el caso del B-SUV sueco se ha mejorado con nuevas tomas de aire, un diseño optimizado de las llantas y otras soluciones. Con todo, el Volvo EX30 presenta un consumo energético a partir de los 14,3 kWh/100 km, por los 16,8 del Volvo XC40 y los 17,6 del C40.
Existe una máxima en automoción: a menor tamaño, menor peso, menor resistencia de rodadura y, por tanto, más eficiencia energética.
Un menor tamaño debe implicar también un menor uso de materiales, siendo importante en aquellos cuya producción supone un impacto ambiental. Aunque también influye el diseño más eficiente y el downsizing en la fabricación de componentes. En el Volvo EX30, el uso de acero y aluminio es un 30% menor con respecto a los otros SUV de la marca. También es el modelo que más material reciclado utiliza: un 17% el acero y los plásticos, un 25% el aluminio y un 30% la goma de los parachoques.
Junto con las técnicas de fabricación sostenible de los suecos, en el EX30 se consigue una huella de carbono durante el ciclo de vida de 27 toneladas de CO2 (con el mix energético europeo), un 25% menos que el XC40 y el C40. Estamos pues ante el Volvo con menor impacto ambiental hasta la fecha, un hito que marca el camino del fabricante hacia sus aspiraciones de sostenibilidad y neutralidad en carbono, y que ofrece a los más jóvenes la oportunidad de participar en el futuro de la automoción.