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El lujo, por suerte, ya no es lo que era. En esta nueva era en la que el automóvil ansía las cero emisiones y formar parte del Internet de las Cosas (IoT), ¿tiene sentido una tapicería de piel de animal?


Un poderoso crossover urbano de estética deportiva y adelantado a su tiempo. Ha nacido 100% eléctrico y con la tecnología más innovadora, pero sobre todo con la filosofía de reinterpretar el lujo desde la sostenibilidad y la preservación del bienestar animal.

El uso de pieles de origen animal ha acompañado al ser humano desde sus inicios. En épocas pasadas nos dio abrigo y cobijo. Incluso fueron un poderoso recurso por y para la conservación y desarrollo del conocimiento gracias al pergamino. Pero ¿quién en su sano juicio utilizaría hoy este material para la escritura?

Mientras que las tecnologías de la información se han digitalizado sin remedio, otros vestigios del pasado persisten entre nosotros y somos reticentes a abandonarlos. Es el caso del uso del cuero y otras pieles en el habitáculo de los vehículos.

En busca de una «piel» responsable

Por eso, ¿tiene sentido un coche 100 % eléctrico que equipe una tapicería anquilosada en el siglo XX? Para nada. En el Volvo C40 Recharge encontramos un gran ejemplo de cómo un modelo premium puede conjugarse con una decoración evolucionada.

Su interior exhibe una naturaleza retroiluminada translúcida y una tapicería que se ha bautizado como Connect y que llega desprovista de cuero. Desde Volvo, confiesan que es preciso una nueva interpretación del lujo, con nuevos materiales.

Esto va en consonancia con la estrategia del fabricante para comercializar solo vehículos eléctricos una vez alcancemos la próxima década. En el caso de las motorizaciones, la hoja de ruta eléctrica es la protagonista y presenta unas etapas con objetivos claros. Sin embargo, la industria de la automoción se mueve a un ritmo diferente si hablamos de otros detalles relacionados con la sostenibilidad

Se trata de una cuestión compleja, pues ataca de raíz a los procesos de producción y exige nuevos retos, como la apuesta por la economía circular. Afortunadamente, en la actualidad existen modos de alcanzar estos objetivos.

¿Es posible hoy fabricar coches veganos?

Pese a que la reconocemos como una necesidad actual, las técnicas de la manufactura nos muestran que es una cuestión que viene de atrás. Si nos centramos en el «lujo» que desprende el cuero, ya en el siglo XV en China hubo intentos fructíferos de emularlo con materiales que no eran de origen animal.

En los albores del siglo XX, proliferaron soluciones de cuero sintético como el famoso Fabrikoid, producto heredero de los avances en el campo de la química que trajo la segunda revolución industrial en Estados Unidos. La automoción no fue ajena a ello y décadas después nos topamos con el uso de las fibras sintéticas Alcantara. Su presencia en el interior de los vehículos se incrustó en la esfera de la deportividad, como ocurre con este volante diseñado por HEICO Sportiv para Volvo.

Aunque fueron soluciones con enjundia, quizá el desafío se encontraba no tanto en emular el uso de piel despojándolo de origen animal, sino en hacer evolucionar el propio concepto de lujo

Soluciones del siglo XXI para lograr un coche 100 % vegano

Volvo, como fabricante pionero, lleva años manos a la obra para conseguir esta meta. Su labor comienza en el área de la investigación. El estudio The Rise of Concious Design, auspiciado por el fabricante y la consultora The Future Laboratory, incide en determinar qué idea y materiales son los más idóneos.

El informe parte de la convicción de que las economías circulares serán las que den un sentido de verdadera sostenibilidad a esta transición de cariz ético. Así lo muestra amparándose en las últimas conclusiones del Foro de Davos:

Si los países y los negocios priorizarán las soluciones medioambientales, se podrían generar 8,2 billones de euros en beneficios anuales y 395 millones de puestos de trabajo llegados a 2030

Los beneficios consolidan el respeto y bienestar animal, pero van más allá. Y es que, entre las consecuencias negativas derivadas de la ganadería vacuna, se encuentra el hecho de que es responsable del 14 % de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero.

Por eso, el cambio no puede suponer un retroceso al recurrir (una vez más) a materiales de origen fósil como los plásticos, lastrar los procesos o elevar las emisiones en la producción.

Nórdico, la solución sostenible de Volvo

Volvo ha dado respuesta a la ecuación con el desarrollo de su material Nórdico. Como define la marca, «se trata de un tejido fabricado a partir de materiales reciclados (como botellas de plástico PET, materiales bioatribuidos procedentes de bosques sostenibles de Suecia y Finlandia y corcho reciclado de la industria vitivinícola) que sienta nuevas bases para el futuro del diseño interior de vehículos premium».

Las intenciones del fabricante no se quedan en aplicarlo de forma simbólica a un prototipo de salón. Pretenden que se convierta en un estándar para sus habitáculos. Con este propósito, se han marcado el objetivo de que, en 2025, el 25 % de los materiales que constituyen el ADN de sus vehículos partan de una base biológica y contenido reciclado.

El Volvo C40 Recharge ha estrenado esta ardua y nada sencilla tarea. El proyecto se ha valido de la colaboración de apoyos externos, procedentes del mundo de la moda. De hecho, la prestigiosa marca 3.1 Phillip Lim ha utilizado Nórdico para dar con un bolso de viaje de fin de semana, este sí, de edición limitada. El gesto apela a la concienciación, no solo de los conductores, sino también de todo el segmento premium.

Volvo será circular en 2040

Cuando hablamos de que la acción con el cuero no es aislada, nos referimos a la actual propuesta de Volvo con la economía circular. La compañía pretende abrazar este sistema que implica desterrar la tradicional tendencia de tomar lo que queramos de la naturaleza para que, al final del ciclo de vida de un producto, se convierta en un residuo inutilizable.

La idea es replantear el proceso productivo para reducir emisiones contaminantes y combatir fenómenos como la obsolescencia programada de los vehículos. De esta manera, la compañía ha logrado alcanzar el 95 % en el reciclaje de unos residuos que antes se desechaban. Para el mencionado año 2025, quieren también reutilizar en sus vehículos de nueva fabricación el 40 % de aluminio y el 25 % del acero.

Entre los proyectos de economía circular encontramos igualmente el reacondicionamiento de piezas. Hoy en día, lo aplican hasta a 36 componentes de sus vehículos, incluyendo partes de la motorización, transmisión o embragues. Esta última estrategia no es baladí y en 2020 supuso un ahorro de 4.000 toneladas de dióxido de carbono gracias al remanufacturado de unas 39.000 piezas.

Todas estas acciones que hay tras la fabricación de modelos como el Volvo C40 Recharge van dirigidas a un cambio tan imprescindible como irremediable y que nos concierne a todos. En el caso del tradicional y lujoso cuero en los vehículos, no es tan necesario desterrar su concepto como sus consecuencias. Lo idóneo sería que el alto precio del lujo no lo paguen los animales ni el planeta.