La autonomía del coche eléctrico sigue siendo (junto con el precio) el dato más relevante para los potenciales compradores. Pero también para fabricantes y Administraciones. De hecho, la futura normativa española que regulará el mercado de la recarga eléctrica busca ampliar la red de puntos y garantizar el suministro en todo tipo de circunstancias.
A la larga, cubrir esta necesidad debería servir para que el comprador se fijase antes en otras cifras, como el consumo o la eficiencia energética. No obstante, hasta que eso ocurra, la autonomía sigue siendo un dato fundamental. Las distintas marcas ofrecen una cifra homologada, pero no deja de ser un dato teórico que puede cambiar en cada momento por múltiples variables externas. Así, los fabricantes se afanan por encontrar formas para ampliar esa autonomía.
En este artículo, vamos a ver con detalle cómo es posible arrancar al coche más kilómetros en modo eléctrico de los que marca la hoja ed especificaciones tomando como ejemplo el Volvo XC40 Recharge Eléctrico Puro, el primero de la firma sueca que apuesta al 100 % por la electrificación. Se trata de un paso sustancial en la estrategia de Volvo para dibujar un futuro eléctrico que ya está a nuestro alcance y mostrar su compromiso frente a la emergencia climática, al tiempo que mantiene su liderazgo en seguridad.
Por qué hablamos de autonomía y no de consumo
Cuando estamos pensando en comprar un coche térmico, el dato que utilizamos para comparar los distintos modelos es el consumo de combustible, medido en litros por cada 100 km. En un coche eléctrico, que se impulsa con la electricidad de sus baterías, el consumo se mide en kilovatios-hora por cada 100 km. Sin embargo, este dato aún resulta poco familiar para el potencial comprador, que prefiere guiarse por otros más ilustrativos, como la autonomía.
La autonomía de un coche eléctrico depende directamente de la capacidad de su batería, aunque cuanto mayor sea esta, más espacio ocupará. Los utilitarios suelen contar con una batería en torno a los 50 kWh, mientras que modelos más voluminosos o deportivos pueden alcanzar los 90-100 kWh. Lo ideal en este caso es encontrar un equilibrio entre capacidad y eficiencia energética, como en el caso del Volvo XC40 Recharge Eléctrico Puro; este modelo cuenta con una batería de 78 kWh, con la que se pueden recorrer más de 400 km sin necesidad de carga.
Para que nos hagamos una idea, 400 km de autonomía nos dan para llegar desde Madrid a ciudades como Zaragoza, Murcia, Bilbao o Badajoz sin parar a recargar. O si salimos de Barcelona, podemos visitar Italia o Suiza haciendo tan solo una parada. O ir desde Sevilla a la playa de Huelva, Cádiz o Málaga y volver para enchufarnos cómodamente en nuestro garaje.
Qué es la autonomía homologada y por qué es una cifra teórica
Sin embargo, como adelantamos en la introducción, la autonomía (y otros factores, como el propio consumo) depende también de variables externas que pueden hacer disminuir esa distancia de recorrido. Por ejemplo, si circulamos por autovía, alcanzaremos más velocidad que en ciudad. Si subimos un puerto de montaña, necesitaremos más potencia que circulando por llano. O, si es verano y hace calor, el climatizador enfriará más que si estamos en primavera. Todos son ejemplos de circunstancias en las que se puede reducir la autonomía de nuestro coche eléctrico.
Para poder ofrecer unas cifras homogéneas (es decir, comparables entre los distintos modelos), los fabricantes se basan en aquellas obtenidas en los procedimientos de homologación. Estos conjuntos de pruebas surgieron para medir las emisiones contaminantes de los vehículos térmicos, pero se aplican a todos los vehículos que se comercializan para obtener todo tipo de datos. En el mercado europeo se utiliza el WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure), que entró en vigor en 2017 y que actualmente es de los más exigentes que existen.
De esta forma, a todos los modelos se les somete a las mismas pruebas, con el mismo tiempo, distancia, velocidad, temperatura ambiente… Por eso decimos que las cifras obtenidas son teóricas, pues aunque se acercan mucho a las reales (las pruebas simulan las condiciones más habituales en la conducción), pueden variar sustancialmente. La autonomía calculada de esta forma se denomina “autonomía homologada”, que en el caso del XC40 Recharge Eléctrico Puro es de 418 km. La autonomía real puede ser menor, si exprimimos al máximo las prestaciones del coche; pero, como veremos a continuación, también podemos incrementarla.
Frenada regenerativa para aumentar la autonomía
Como podemos recordar de nuestras clases del colegio, la energía ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma… Cuando tenemos un coche térmico, la energía de la combustión se transforma en energía cinética para poner el vehículo en movimiento. Cuando frenamos, parte de esa energía cinética se transforma en calorífica, que se produce en los tambores o discos de freno, y se termina disipando. De esta manera, se estima que el 80 % de esa energía producida en un vehículo se desperdicia.
En un coche eléctrico, donde la eficiencia energética es fundamental para la autonomía, los fabricantes han desarrollado sistemas que permiten reaprovechar esa energía cinética (más bien, transformarla en otro tipo de energía aprovechable y evitar que se desperdicie en forma de calor). El sistema más utilizado actualmente es el KERS (Kinetic Energy Recovery System) o Sistema de Recuperación de Energía Cinética, que comúnmente conocemos como frenada regenerativa.
Básicamente, se invierte el funcionamiento del motor eléctrico, para contrarrestar la inercia del vehículo, a la par que se utiliza como generador eléctrico, de modo similar a la dinamo de una bicicleta. La energía eléctrica generada puede ser utilizada para alimentar servicios auxiliares del coche, pero en un coche eléctrico se usa principalmente para recargar la batería. Se estima que de esta manera se puede recuperar el 70 % de la energía que se hubiese desperdiciado de forma térmica si se accionaran los frenos convencionales.
Cómo se usa la frenada regenerativa para recargar las baterías
Lo habitual en un vehículo eléctrico (también híbridos) es que la frenada regenerativa está implementada de dos formas. Por un lado, dividiendo el recorrido del pedal de freno en dos partes entre el freno eléctrico y el hidráulico. Con ello, si pisamos el pedal suavemente, se activará la frenada regenerativa y se recargará la batería. Si necesitamos más potencia de frenado, pisaremos a fondo y se activarán los frenos hidráulicos. Por eso, es recomendable frenar con suavidad con un coche eléctrico, pues así ahorraremos más energía y desgastaremos menos los discos o tambores de freno.
La segunda forma de implementar la frenada regenerativa es emulando el freno motor. Como sabemos, los vehículos eléctricos no cuentan con este fenómeno al carecer de marchas, por lo que, si soltamos el acelerador, el vehículo se deja llevar por su energía cinética (como en un coche térmico si ponemos el punto muerto en circulación). En este escenario, se utiliza la frenada regenerativa para simular el freno motor y, de paso, recargar la batería. Para ello, en los vehículos eléctricos se suele incluir una posición en la palanca de cambio con la letra B de Brake, como podemos encontrar en los modelos híbridos de Volvo.
Una medida de seguridad que implementa Volvo es que mantiene activado el freno motor en todo momento. En modelos de otros fabricantes, se desactiva si la batería se recarga al completo, lo que puede jugarnos una mala pasada. En los vehículos de Volvo, permanece activa la fuerza de retención aunque internamente se haya desactivado la frenada regenerativa.
One Pedal Drive: optimizando la frenada regenerativa
Como vemos, gran parte de la eficiencia de la frenada regenerativa está en nuestra habilidad al activarla, bien sea frenando con suavidad bien utilizando el freno motor. Para poner las cosas aún más fáciles, Volvo ha desarrollado para el XC40 Recharge Eléctrico Puro un sistema que optimiza el proceso, denominado One Pedal Drive. Este modo de conducción (que puede ser desactivado) elimina la posición B de la palanca y activa la frenada regenerativa por defecto cuando soltamos el pedal del acelerador.
En la práctica, el One Pedal Drive de Volvo se siente como un freno motor muy acentuado y con mayor capacidad de retención. La fuerza de frenado se optimiza automáticamente en tiempo real: más suave a altas velocidades para garantizar una conducción más confortable y más fuerte a bajas velocidades para poder frenar en trayectos urbanos frente a semáforos, situarnos tras otros vehículos o incluso estacionar en una plaza de aparcamiento.
One Pedal Drive de Volvo nos ofrece una nueva forma de conducir más sencilla, cómoda y segura, en la que prácticamente podemos prescindir de usar el pedal de freno. Pero, sobre todo, supone un uso más optimizado de la frenada regenerativa, que permanece activa durante más tiempo y permite alargar la autonomía del Volvo XC40 Recharge Eléctrico Puro más allá de sus cifras teóricas.