Para los amantes de la tecnología como los xatakeros, el sector del automóvil puede llegar a ser realmente fascinante. Esta industria invierte cada año miles de millones en innovación tecnológica, y las noticias que nos llegan cada semana casi nos parecen de ciencia ficción. El gran esfuerzo inversor de los fabricantes se debe en buena parte a los enormes retos a los que debe hacer frente, como la movilidad sostenible, la reducción de la contaminación o la seguridad vial.
Si hablamos de seguridad en un automóvil, seguro que a muchos se nos viene a la cabeza Volvo. El fabricante sueco es pionero con multitud de innovaciones, y en cierto modo ellos han aceptado esa responsabilidad de ir por delante del mercado y las normativas. Su último propósito es fabricar un vehículo (el esperado SUV eléctrico EX90) capaz de leer el estado físico y mental de los conductores y así evitar errores humanos.
Nuestro estado físico y mental también influye en la conducción
Según la nota de prensa de Volvo Cars, el próximo EX90 va a venir cargado de tecnología de vanguardia. Pero ya hemos dicho muchas veces que la tecnología como tal no tiene sentido si no le damos un fin práctico. ¿Cuál es el que le ha dado Volvo? ¿Cómo es eso de predecir nuestro estado de ánimo para evitar errores humanos?
En Volvo Cars parten de una primera premisa: el accidente de tráfico menos grave es el que nunca ocurre. Esta es la base de los sistemas de seguridad activa, aquellos destinados a evitar que el accidente tenga lugar (a diferencia de los de seguridad pasiva, que están ideados para mitigar los daños una vez ocurra el accidente). Prácticamente todos los sistemas digitales actuales son de seguridad activa, como la alarma de baja presión en los neumáticos, la iluminación de cruce inteligente o los lectores de señales de tráfico.
Volvo Cars continúa una segunda premisa: Si las carreteras son cada vez mejores, si los coches son cada vez más seguros, ¿por qué en circunstancias normales se siguen produciendo accidentes? Volvo lo tiene claro: los conductores también cometemos errores. Recordemos que los 3 factores fundamentales del tráfico son: 1. La vía. 2. El vehículo. 3. El conductor. Recordemos también que según la Comisión Europea, el 90% de los accidentes de tráfico se deben a errores humanos.
Volvo Cars quiere llegar hasta el final de la cuestión con una tercera premisa: el estado físico y mental del conductor puede ser motivo de accidente de tráfico. Aquí hay un sinfín de estadísticas que así lo afirma: el 31% de los siniestros mortales son causados por distracciones; el estrés aumenta un 26% el riesgo de accidente; o discutir por teléfono reduce la atención en un 41%.
Sensores, bases de datos y software que analizan nuestras variables biométricas al volante
Con estas tres premisas, Volvo Cars ha desarrollado una estrategia denominada Safety in Mind, en la que ha investigado con tecnologías destinadas a comprender el comportamiento humano. Actualmente las empresas más punteras del mundo han adoptado este enfoque de user-centric, es decir, poner al usuario en el foco de atención, y Volvo Cars parece haberlo llevado hasta las últimas consecuencias con un ejercicio sin precedentes en la industria de la automoción.
El objetivo es analizar en tiempo real una serie de variables biométricas del conductor, y también sus acompañantes, para predecir posibles errores en su comportamiento que pudieran derivar en accidente.
Para ello hace uso de una configuración compuesta de sensores, bases de datos y un sistema central. Los sensores estarán repartidos por todo el interior y exterior del vehículo, y actualizarán constantemente el Big Data de Volvo Cars. Estas bases de datos, además, ya sabemos que cuenta con información de conducción recopilada durante muchos años por el fabricante en vehículos de calle.
El sistema central, compuesto por una plataforma de procesamiento y un software, hará el análisis y toma de decisiones en tiempo real (como actúa una Inteligencia Artificial) y, según Volvo Cars, irá aprendiendo nuestro propio comportamiento y mejorando su precisión con el paso del tiempo (o sea, empleará Machine Learning). Jim Rowan, CEO de Volvo Cars, lo describe como un “escudo de seguridad de 360° ” que nos protege en todo momento de nuestros errores y limitaciones físicas.
Cámaras interiores que monitorizan nuestro atención sobre la carretera
Quizás el elemento central de este escudo es el sistema que monitoriza nuestra concentración sobre la carretera, apoyado por dos cámaras interiores que observan nuestra mirada desde diferentes ángulos. En base a un algoritmo, se analizan variables biométricas como la dirección de los ojos, el tiempo o las veces que los cerramos o el tiempo que desviamos la atención, y se trata de identificar posibles problemas como falta de atención, somnolencia o estado de embriaguez.
El sistema se apoya en su conocimiento de determinados patrones de mirada. Por ejemplo, en un estado óptimo de conducción estamos en torno al 80% del tiempo mirando la carretera (con leves oscilaciones). Pero si el porcentaje baja del 60%, es síntoma de que tenemos una distracción visual, como estar mirando el móvil, unos acompañantes muy molestos o un vehículo que se nos pega demasiado. Por contra, si el porcentaje supera el 90%, se produce el efecto denominado “concentración de la mirada” debido a posibles distracciones cognitivas: llamada telefónica, tareas diarias, preocupaciones personales…
Este sistema de cámaras viene reforzado por el volante con propiedades capacitivas, que puede analizar variables como el lugar por donde cogemos el volante, si lo hacemos con una o dos manos, la presión que ejercemos… Con todo, si el sistema identifica alguno de los patrones problemáticos y detecta que podemos estar teniendo algún problema, puede ayudarnos de varias formas según se vaya agravando la situación: avisos sonoros o lumínicos, reduciendo la velocidad, corrigiendo la dirección del volante o incluso deteniendo el vehículo si fuera necesario.
Sensores a escala submilimétrica para proteger a nuestros bebés y mascotas
Volvo Cars ha querido completar su escudo de seguridad interior con un sistema de detección de ocupantes, compuesto por un conjunto de radares que abarcan todo el interior del habitáculo, incluyendo el maletero. Según Volvo, estos radares son capaces de trabajar a escala submilimétrica, es decir, tienen la capacidad de detectar la respiración de un ser vivo incluso si apenas dormita.
Este sistema tiene un claro objetivo, evitar que olvidemos a nuestros bebés y mascotas en el interior del coche. La DGT nos recuerda cada verano que la temperatura en el habitáculo puede llegar hasta los 70°C tras un par de horas estacionado al sol, con el consiguiente riesgo de sufrir un golpe de calor. Podemos pensar que algo así no nos ocurriría nunca, pero lo cierto es que está diagnosticado como “Síndrome del bebé olvidado” y le ocurre a todo tipo de padres porque, sencillamente, no somos perfectos. En el caso de los animales, por desgracia, muchas veces es algo más que olvido.
Si esto nos ocurriese con el futuro Volvo EX90, el sistema se activaría en el momento de salir del coche y tratar de cerrar con llave. Veremos que no podemos cerrar el vehículo y que aparece una alerta de advertencia en la pantalla central (y en el futuro, también en nuestro móvil). Y si aún así abandonamos el vehículo, el sistema estará sincronizado con la climatización para mantener el habitáculo en unas condiciones de temperatura óptimas y evitar así posibles daños. Esto se hará siempre que la batería del vehículo lo permita, pero sin duda supone todo un seguro de vida.
Un LiDAR capaz de detectar obstáculos en la más absoluta oscuridad
Por desgracia, los motivos de nuestros accidentes no están solo en nuestro estado o nuestras distracciones. También incluye nuestro entorno, con elementos fortuitos o inesperados que se escapan a nuestro control, o que no somos capaces de prevenir por nuestras propias limitaciones físicas. Una pelota que sale de detrás de un coche, un animal que se cruza en la carretera o un trozo de roca desprendido de un talud, son solo algunos ejemplos de elementos que nos pueden ocasionar un accidente.
Volvo Cars promete integrar en el EX90 el sistema de detección de obstáculos más sofisticado hasta la fecha. Los números que nos ofrecen realmente abruman: 5 radares, 8 cámaras, 16 sensores ultrasónicos y un LiDAR de última generación. Sobresale de entre todos este sistema de láser pulsado, es capaz de realizar en tiempo real un mapa 3D de nuestro entorno. El incluído en el EX90 cuenta con una longitud de onda de 1.550 nanómetros, capaz de detectar peatones a 250 metros o incluso objetos pequeños en la carretera desde 120 metros. Todo ello en la más absoluta oscuridad y a velocidades de autopista.
El LiDAR y el resto de sensores trabajan entre ellos como sistemas redundantes, es decir, se superponen en su rango de acción para confirmarse mutuamente en sus conclusiones. Por ejemplo, una cámara puede interpretar una mancha como un objeto en la calzada, pero si el LIDAR u otros sensores lo identifican también como un objeto, es que probablemente lo sea. Y a la inversa, para respaldarse entre ellos por si alguno falla en la identificación del obstáculo.
Las estimaciones de Volvo Cars es que la instalación de todos estos sensores (junto con su software de procesamiento) pueda reducir en un 20% los accidentes graves y mortales, y mejorar la prevención de colisiones en un 9%. Junto con el sistema interior de sensores que analizan el comportamiento del conductor, hablamos del posiblemente Volvo más seguro de la historia.
Y en un futuro podríamos hablar del primer coche autónomo del fabricante sueco, pues prevén que todos estos sistemas sirvan para activar (previa suscripción) la conducción desasistida del SUV eléctrico. Podremos echarle un vistazo al Volvo EX90 el próximo 9 de noviembre, fecha en que será presentado.