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Habrá quien contemple los viejos tiempos con nostalgia, pero elegir coche hoy es una maravilla. Sí, es fácil perderse entre tanta oferta de motorizaciones. Sin embargo, es más fácil que nunca encontrar exactamente el compañero que necesitamos para nuestros desplazamientos. Eléctricos, híbridos enchufables, diésel, gasolina… Por si no fuera suficiente, a esa oferta se suman los Mild-Hybrid o semihíbridos. La opción ecológica y ahorradora que cada vez convence a más conductores.

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No son coches eléctricos, ni tampoco híbridos puros. Aun así, cuentan con la etiqueta ECO de la DGT, con todas sus ventajas asociadas. ¿Cómo lo consiguen? Porque ofrecen lo mejor de los motores térmicos y, además, emplean tecnología propia de los vehículos híbridos y eléctricos. El Volvo XC90 Mild-Hybrid es una buena muestra de ello.

Cómo funciona un Mild-Hybrid

Los coches semihíbridos son un paso más en la evolución de los vehículos de combustión interna. Es una de las maneras que ha encontrado la industria para que podamos seguir disfrutando de las ventajas de los coches con motorización convencional y, al mismo tiempo, respetar las normas sobre emisiones, cada vez más estrictas.

La solución consiste en el uso de un motor eléctrico auxiliar para asistir al motor principal gasolina o diésel. Además, se utiliza una batería de 48 V capaz de almacenar la energía que se produce al frenar, una posibilidad que utilizan los coches eléctricos y los híbridos para recargar sus acumuladores. Se trata del sistema de frenada regenerativa, que convierte en electricidad una energía que, sin él, se perdería totalmente en forma de calor.

El Volvo XC90 Mild-Hybrid, utiliza un sistema de frenado por cable eléctrico que interactúa con el sistema de recuperación de energía para aprovechar la energía cinética que se produce durante el frenado. El motor eléctrico transforma esa energía en electricidad, que se almacena en la batería. Después, la emplea para impulsar momentáneamente al propulsor principal en ciertos momentos, especialmente durante la conducción por ciudad. Eso sí, también puede hacerlo en otras situaciones que lo requieran, como por ejemplo en el caso de las aceleraciones a fondo a la hora de adelantar. El resultado: un consumo más eficiente, menos emisiones, más potencia en la aceleración y una conducción suave.

Si tiene dos motores, ¿en qué se diferencia de un híbrido?

Aunque cuentan con dos motores, los Mild-Hybrid son distintos a los híbridos puros o Full Hybrid. La tecnología es diferente. En el primer caso, el motor eléctrico auxiliar nunca reemplaza al motor térmico, solamente lo asiste para que sea más eficiente. En el segundo, el vehículo es capaz de moverse utilizando exclusivamente energía eléctrica, por ejemplo, al comenzar la marcha. Eso sí, la autonomía eléctrica es muy limitada. Además, la arquitectura paralela de los semihíbridos resulta más ligera y asequible que la de los Full Hybrid.

Cuestión aparte son los híbridos enchufables como el Volvo XC90 T8 Twin Engine, capaz de moverse utilizando solo energía eléctrica hasta 40 km. En este caso, equipa un motor térmico V8 de cuatro cilindros y dispone de otro eléctrico trasero capaz de aportar 87 CV. Este motor acciona las ruedas traseras en los modos eléctrico y de refuerzo de potencia. De esta manera, la tracción total se beneficia de que cada eje disponga de su propia fuente de energía.

¿Por qué tienen la etiqueta ECO?

El uso de dos motores, uno eléctrico y otro de combustión interna, permite a los semihíbridos acceder a la etiqueta ECO de la DGT, reservada a vehículos de bajas emisiones. Precisamente el funcionamiento de los semihíbridos permite reducir el nivel de emisiones en comparación con las versiones térmicas puras.

Entre las ventajas de circular con este distintivo destacan algunas bonificaciones fiscales, el acceso a zonas de circulación restringida en algunas ciudades e incluso descuentos en el aparcamiento en determinados territorios. Tampoco se ven afectados por los escenarios de contaminación.

Menos consumo y emisiones

La tecnología Mild-Hybrid es la que hace posible que vehículos de gran tamaño y cilindrada como los SUV premium mantengan sus consumos y emisiones a raya, sin diferencias notables en el precio.

En el caso del Volvo XC90 Mild-Hybrid, su tecnología semihíbrida le permite alcanzar un consumo mixto de solo 5,9 litros a los 100 km y emisiones de CO2 de 154 g/km en su versión con motor diésel de 235 CV, a los que habría que sumar otros 14 CV cuando el propulsor eléctrico entra en acción. Se trata de registros muy contenidos para un vehículo de estas características.

La electrificación de los vehículos no tiene vuelta atrás. Es el camino que se debe seguir para alcanzar una conducción verdaderamente eficiente y compatible con el medio ambiente. Por este motivo, el Volvo XC90 ya no se comercializa sin algún tipo de motor eléctrico. Sus versiones Mild-Hybrid e híbrida enchufable T8 Twin Engine ofrecen dos soluciones diferentes para distintos tipos de conductores, con la electricidad como factor en común. Son la puerta que muestra el futuro de los motores.