El 90% de los accidentes de tráfico se deben a errores humanos. Desde los orígenes del automóvil, a medida que iban surgiendo problemas de seguridad y necesidades por parte del conductor, los ingenieros fueron desarrollando nuevas soluciones y tecnologías que los iban solventando.
Los asistentes a la conducción que hoy conocemos van dirigidos en gran parte a sustituir el factor humano de la ecuación, y tratar de evitar en la medida de lo posible esos errores. El objetivo de estas tecnologías siempre ha sido el mismo: ayudar al conductor en sus tareas al volante.
Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Ante el problema del exceso de velocidad, los ingenieros desarrollarían los primeros limitadores de velocidad en los vehículos. Con ellos se podía fijar un determinado límite que el vehículo no podía superar por más que el conductor pisara el acelerador.
Sobre la base de estos limitadores, llegaría posteriormente el control de velocidad de crucero. Ofrecía lo mismo que el limitador pero tomando el control del acelerador y manteniendo la velocidad fijada sin necesidad de que el conductor pisara el pedal. Ello era de gran utilidad en autopista y autovías, y sobre todo en largos trayectos, permitiendo al conductor ir más cómodo y descansado.
Pero como un vehículo no circula solo por la carretera, sino que se encuentra otros vehículos circulando a diferentes velocidades, los ingenieros dieron un paso más allá y crearon el control de crucero adaptativo. También llamado ACC por sus siglas en inglés, el sistema vigila la vía a través de sensores y radares y, tomando el control del freno, aminora la velocidad para mantener la distancia de seguridad con los vehículos que le preceden. Junto con los sistemas de pre-colisión, es muy útil en las retenciones y atascos, donde la tensión de acelerar y frenar constantemente suele ser causa de errores y accidentes por alcance.
Volvo y su aportación a los asistentes de conducción
Volvo, como fabricante pionero en seguridad vial, no ha sido ajeno a la contribución de sistemas de automatización al volante. En 2003 salió a la luz el Blind Spot Information System (BLIS), un sistema que avisaba al conductor cuando un vehículo entraba en el “punto muerto” de sus espejos retrovisores.
En 2008 llegaría una nueva innovación con el sistema City Safety. Hasta entonces, el 75% de las colisiones entre vehículos ocurrían a menos de 30 km/h., en atascos, retenciones y semáforos. Y en un 50% de las colisiones por alcance, el conductor no frenó en absoluto. Como consecuencia, Volvo desarrolló este sistema que se vale de detección por láser para monitorizar la distancia con el vehículo precedente. Si existe riesgo de colisión, el sistema avisa al conductor, incluso frenando por sí mismo si el conductor no lo hace.
En 2010 Volvo volvió a ser pionero incorporando a City Safety su sistema Pedestrian Detection with Full Auto Brake. Esta función añadía al sistema el uso de radares y cámaras para detectar peatones que pudieran cruzarse en el camino del vehículo. Si existe peligro de atropello, el sistema avisa al conductor; y nuevamente, si el conductor no puede frenar a tiempo, el sistema toma el control y frena por sí mismo.
Estos sistemas podrían no ser entendidos todavía como asistentes a la conducción, pero han aportado y perfeccionado el uso de cámaras, radares y sensores que han resultado ser fundamentales para las posteriores funciones de semiautonomía de los vehículos Volvo.
Un paso más allá: conducción semi-autónoma
Aprovechando su experiencia en el uso de cámaras y radares, Volvo desarrolló el sistema Pilot Assist, que quería aprovechar todas sus funciones de ayuda al conductor y ofrecer una completa experiencia que el fabricante sueco ha denominado como conducción semi-autónoma.
Así, Pilot Assist ofrece varios niveles de automatización de las funciones de conducción. Estos niveles, que como conductores podemos elegir a nuestra discreción, van desde el simple limitador de velocidad, un avanzado control de crucero con función de seguimiento, hasta el propio Pilot Assist. Este último nivel incluye la gestión de la dirección por parte del sistema, que valiéndose de la cámara frontal, corrige nuestra conducción y nos mantiene dentro del carril.
Pero ahí no acaba la cosa. El Pilot Assist que hoy podemos disfrutar en el Nuevo Volvo V60, presenta algunas mejoras notables con respecto a otros asistentes de conducción, que amplían su funcionalidad de manera significativa. Con él, no hay necesidad de seguir a ningún vehículo para el uso del control de crucero adaptativo ni para mantenernos dentro del carril. De hecho, la gestión de la dirección se realiza de forma mucho más suave, realizando pequeñas correcciones para mantenernos en el centro del carril y no solamente cuando nos aproximamos a las líneas que lo delimitan.
También cabe decir que podemos usar Pilot Assist hasta los 130 kilómetros por hora, lo que lo hace ideal para los largos y cansados viajes por autovía. Aunque por supuesto podremos seguir usándolos en otras circunstancias, como los consabidos atascos, donde Pilot Assist nos conducirá al ritmo del vehículo que nos preceda.
Pilot Assist es un sistema de conducción semi-autónoma, un complemento a la labor del conductor, y así nos lo recuerda constantemente Volvo. Por ello, el sistema nos avisa cada pocos segundos para que toquemos el volante y así asegurarse de que no nos hemos dormido y estamos pendientes de la circulación. En la misma linea, el sistema nos permite desactivar el Pilot Assist con tan solo coger el volante con las manos, recuperando así el control del coche. Es la manera que tiene el fabricante sueco de decirnos que somos los últimos responsables de la conducción de nuestro vehículo.
Conducción de ciencia-ficción
Además de Pilot Assist, el Nuevo Volvo V60 cuenta con otros sistemas automatizados ya presentes en otros modelos de la marca sueca. Estos sistemas, aunque podrían no estar dentro del concepto que tenemos de conducción semi-autónoma, sí nos ayudan a circular con más seguridad e incluso en algunas de las tareas más cotidianas.
En materia de iluminación, Volvo tiene uno de los sistemas más reconocibles, con faros LED en forma de T. A todas las bondades que proporciona la iluminación LED (como el menor deslumbramiento de los vehículos que vienen en dirección contraria), se le suman las de la tecnología de Iluminación de Flexión Activa, que giran automáticamente en la misma dirección del volante para dar una mejor visión en las curvas. Algo que todos hemos echado en falta alguna vez en nuestra vida.
Por su parte, el chasis activo Four-C (que se ofrece de manera opcional con el V60) adapta el sistema de amortiguación y suspensión del vehículo de acuerdo a las condiciones de la carretera y de nuestra propia conducción. Para ello, el sistema realiza hasta 500 cálculos por segundo, evalúa la situación y adapta los amortiguadores para ofrecer una conducción más confortable y una respuesta más ágil por nuestra parte.
Pero lo que pone el broche de oro a la experiencia de conducción semi-autónoma de Volvo, es el Asistente en el Aparcamiento. Este sistema, a través de los sensores del vehículo, mide el espacio en el que pretendemos aparcar para ver si es lo suficientemente grande, y nos ayuda con la maniobra de aparcamiento. Tan solo tendremos que colocarlo en el punto correcto y manejar marchas y pedales de acuerdo a las indicaciones que ofrece el asistente.
El Nuevo Volvo V60 ofrece soluciones de ayuda a la conducción de todas clases y colores, algunas de ellas casi de ciencia – ficción. O al menos así lo podríamos haber pensado hace unos años. La tecnología en la industria de la automoción avanza a pasos agigantados, y Volvo como no podría ser de otra manera, está más que presente en esta carrera.