La compra de un coche se encuentra en el selecto grupo de decisiones que etiquetamos como «de las más importantes en nuestra vida». En ella influyen factores únicos que tienen que ver con nuestra forma de ser y la sintonía que nace entre conductor y vehículo.
Una prueba o test drive nos ayudará a intuir esa suerte de armonía, y también nos permitirá descubrir las últimas tecnologías incorporadas en la industria de la automoción. En el ámbito de la seguridad, vivir en primera persona sistemas avanzados de asistencia a la conducción como City Safety o las tecnologías que facilitan el aparcamiento nos ayudarán a distinguir entre las prestaciones que ofrece cada modelo.
¿Qué tener en cuenta en un test drive?
Agudizar nuestros sentidos es el primero de los consejos para disfrutar y obtener el máximo de información útil: el olor inconfundible de un modelo salido de fábrica, la visión que tenemos una vez estemos sentados, los sonidos de su motorización o el tacto con el volante y la tapicería.
Pero antes de llegar a este punto tendremos que cerrar la cita con el concesionario proporcionándole la información necesaria para que nos puedan ofrecer aquel modelo que cumpla con nuestras expectativas, y asegurarnos de que dispondremos del tiempo suficiente para examinarlo.
Resulta conveniente contar con vestimenta cómoda y adecuada, el carné de conducir y nuestro smartphone para probar también las tecnologías de conectividad. A la hora de medir prestaciones como la comodidad, puede ser una buena idea pedir que algún familiar o amigo nos acompañen para comprobar las sensaciones de los acompañantes. También resulta útil llevar con nosotros el sistema de retención infantil (si pensamos utilizarlo en el vehículo) para ver detalles sobre el espacio y la instalación del mismo.
Sentados en el vehículo
Una vez nos presenten el vehículo y accedamos al mismo, comienza nuestra prueba. Antes de arrancar el modelo, podemos recolectar muchos datos que nos ayudarán a determinar si la relación con el vehículo promete o no funcionar. Los primeros compases de la sintonía entre coche y conductor se escriben en este instante y cada detalle importa.
Cómo es el acceso al vehículo, la comodidad que aporta en función de nuestra posición o cómo de elevada es la misma son algunos de los primeros aspectos a observar. También es útil el ajuste de todos los dispositivos que en ese momento deberíamos personalizar: altura y profundidad del volante, tipo de ajustes para los asientos, espejo retrovisor y laterales, pedales.
Es hora de indagar sobre todas las tecnologías que tenemos a nuestra disposición, tanto las que afectan a la conducción en sí, como al entretenimiento y, sobre todo, a la seguridad; y conocer cómo son los controles que las regulan (accionarlos si es preciso), si resultan intuitivos y sencillos o son más bien complejos o enrevesados en su activación.
El movimiento se demuestra conduciendo
En la siguiente fase del test drive descubriremos las sensaciones que nos aporta el modelo en movimiento. Los puntos fundamentales de esta fase son la respuesta a la hora de acelerar y cambiar de marcha o el control que transmite el vehículo. Esta faceta parte de nuestra conexión a través de la dirección, frenado, giros y dureza de la suspensión.
Es también el momento de probar los principales aportes tecnológicos del coche. Volvo cuenta en este apartado con numerosas prestaciones con sistemas de asistencia a la conducción como IntelliSafe que aglutina diversas tecnologías, como el frenado automático, asistencia a la dirección, alerta de cruce con ayuda de freno o advertencia de colisión trasera.
Como es lógico, en un test drive no podemos probar de lleno algunas de estas tecnologías de seguridad, pues solo se activarán ante situaciones de riesgo. Sin embargo, al conducir el vehículo sí que nos formaremos una primera idea del control y la seguridad que nos aportan.
Claves para dar con nuestro coche más adecuado
Detenido el vehículo, haremos balance de la prueba. Para ello, podemos listar todos aquellos puntos fuertes y débiles con los que nos ha sorprendido el vehículo. Por encima de estos datos objetivos, confiar en nuestra intuición resulta clave. La relación entre vehículo y conductor se establece a través de lo que hayamos sentido conduciendo, algo tan personal como el modo en que un director musical interpreta una partitura.
Esa relación especial tiene que coincidir con nuestras necesidades del día a día y, si es posible, darnos la sensación de que es un modelo versátil en el que podemos confiar.
Volvo XC40, prueba de confianza
Volvo ha dotado al Volvo XC40 de una nueva dimensión de control y protección con la inclusión de sus tecnologías más avanzadas, que ya podemos probar y que le valieron el título de mejor vehículo del año 2018. El mérito del modelo es todavía mayor si tenemos en cuenta su segmento, el de los todocaminos compactos.
Este SUV con espíritu urbano, pero con grandes ventajas de conducción en carretera, nos sorprende con numerosas opciones de personalización que parten de tres versiones: premium, deportivo y lujo. Hemos de tener en cuenta qué perfil encaja más con nosotros y con nuestras circunstancias a la hora de realizar la prueba.
El Volvo XC40 ha llegado con personalidad propia y eso se nota en su conducción. Hereda las virtudes de la familia XC con un toque juvenil y urbanita que desprende mucha energía y que nos ayuda a superar cualquier obstáculo.
Sensación de control en todo momento
Si hay algo que podremos comprobar en el test drive de este SUV, es la gran sensación de control que transmite. Se deriva de su diseño, de una motorización de última generación que potencia suavidad, rendimiento y la eficiencia en el consumo; y de la posición de su conducción
A esto ayudan sus asientos, más elevados, y la gran visibilidad con la que Volvo ha propiciado al modelo. El control superior que presenta para el conductor va en sintonía con todas las tecnologías de protección con las que está dotado.
La seguridad se materializa con los sistemas más avanzados (Pilot Assit o City Safety) que nos asisten en numerosos aspectos, ayudándonos con la dirección del vehículo en carretera, facilitando las maniobras, alertándonos o incluso interviniendo en casos concretos (como una salida accidental de la calzada o una posible colisión). Es una sensación similar a la de contar con un copiloto que nos avala en la conducción.
Entretenimiento y seguridad no están reñidos en el Volvo XC40. En las opciones de conectividad con nuestros teléfono móvil se han cuidado que las diferentes operaciones se realicen de forma intuitiva y segura mediante comandos de voz. Además, la pantalla táctil central que nos ayuda a gestionar esas opciones ha sido diseñada para ofrecer mayor nitidez y una alta sensibilidad.
Su espacio y las opciones de almacenamiento son otro de los puntos fuertes del Volvo XC40 que destacan durante su prueba, con soluciones muy inteligentes. Hablamos, por ejemplo, de la integración de su sistema de sonido, el confort que transmiten sus acabados o los 460 litros de su maletero.
Nada mejor que un test drive para descubrir todas estas prestaciones tecnológicas del todocamino. Su versatilidad, facilidad de conducción y el control que transmite ayudan a que establezcamos una conexión total entre el coche y nosotros, los conductores.