En una sociedad cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad, la elección del próximo coche va más allá del simple deseo de rendimiento, precio o comodidad. Es esencial considerar el impacto ambiental y la huella ecológica que deja nuestro vehículo.
Te ofrecemos cinco pistas fundamentales que te ayudarán a identificar si tu próximo coche es una de las opciones más sostenibles del mercado.
Tamaño del vehículo
Cuando hablamos de vehículos a motor ser más pequeño tiene sus puntos a favor. Los B-SUV ofrecen una serie de ventajas significativas respecto a los grandes SUV. Estos beneficios son más evidentes en entornos urbanos y en términos de eficiencia de combustible. En primer lugar, su tamaño compacto los hace más ágiles y fáciles de maniobrar en espacios reducidos, como estacionamientos estrechos o calles congestionadas. Esta agilidad resulta especialmente útil en áreas urbanas densamente pobladas, donde la capacidad para sortear el tráfico y estacionar con facilidad es una ventaja notable.
Pero si ponemos el foco en la sostenibilidad, los B-SUV tienden a ser más eficientes en cuanto al consumo de combustible en comparación con sus hermanos mayores. Gracias a su peso más ligero y a menudo a motores más pequeños y eficientes, los B-SUV ofrecen un mejor rendimiento, lo que se traduce en ahorros significativos a largo plazo. Este ahorro en costes de combustible se dispara cuando hablamos de un B-SUV eléctrico puro como el EX30 de Volvo, que cuenta con una autonomía eléctrica de 476 kilómetros y un consumo de 17 kilovatios hora por cada 100 kilómetros.
Todas estas ventajas explican por qué los B-SUV son unos de los automóviles más demandados en la actualidad, pues constituyen una opción más que atractiva para aquellos que buscan un vehículo utilitario versátil y eficiente, pero que también sea amigable con el medioambiente y el presupuesto.
Sostenibilidad eléctrica
Aunque en 2024 continúa el eterno debate del coche de combustible frente al vehículo eléctrico, siguen siendo evidentes las ventajas de estos últimos respecto a sus equivalentes de combustible fósil.
Tal y como señala un estudio reciente de la OCU, el coche eléctrico continúa siendo la opción más rentable a largo plazo. A pesar de que recargar un coche eléctrico ahora resulta más caro que hace unos años, los conductores de vehículos de gasolina y diésel también están experimentando aumentos significativos en los costos de combustible. Esta diferencia es tan destacable que conducir un coche eléctrico sigue costando menos de la mitad que uno de gasolina, incluso con los precios de la electricidad en alza.
Más allá de los aspectos económicos, la sostenibilidad es otro factor a considerar. Aunque la fabricación y el eventual reciclaje de las baterías de los coches eléctricos presentan desafíos ambientales, durante su vida útil, los coches eléctricos emiten significativamente menos CO2 que sus contrapartes de gasolina o diésel. A lo largo de su ciclo de vida, los coches eléctricos siguen siendo la opción más limpia y sostenible.
En Volvo son conscientes de la tendencia actual del mercado hacia la sostenibilidad y la electrificación hasta el punto de haber adoptado el ambicioso objetivo de convertirse en una empresa de coches totalmente eléctricos para 2030. El fabricante sueco ha dado su paso más reciente en esa dirección con el revolucionario EX30, un nuevo modelo B-SUV 100% eléctrico que constituye el Volvo más sostenible hasta el momento y un auténtico referente en el sector.
Motores altamente eficientes
Los beneficios de la tecnología eléctrica quedarían ensombrecidos si ésta no fuera complementada con un motor eficiente que realizara un uso eficaz de la energía eléctrica proporcionada por las baterías.
Los fabricantes cada vez concentran más recursos de su área de investigación y desarrollo en la obtención de tecnologías que sean capaces de optimizar la utilización de la energía eléctrica. Los motores eléctricos son de por sí mucho más eficientes energéticamente que los motores de combustión. Pero convenientemente optimizados y con la adopción de nuevas tecnologías se puede mejorar su eficiencia y, con ello, la sostenibilidad y el impacto medioambiental.
En ese sentido podemos considerar al Volvo EX30 como un modelo eléctrico de vanguardia que busca la máxima eficiencia energética. Esta maximización de la eficiencia se sustenta en tres fundamentos principalmente: una gestión térmica eficiente de la batería, novedosos sistemas de recuperación de energía durante la frenada y la optimización del software de conducción, que permite una considerable mejora de la eficiencia energética general del vehículo.
Reciclaje de materiales
Si consideramos la tecnología eléctrica como el paso más evidente a la hora de fabricar un vehículo sostenible, el reciclaje de los materiales del automóvil es otro de los factores determinantes a la hora de desarrollar un vehículo amigable con el medioambiente.
Los vehículos contienen una amplia gama de materiales, desde metales hasta plásticos, cuya extracción y producción pueden tener un impacto significativo en el medio ambiente. Al reciclar estos materiales al final de la vida útil de un automóvil, se reduce la necesidad de extraer nuevas materias primas, se disminuye la generación de residuos y se evita la contaminación asociada con la eliminación de desechos.
Conscientes de ello, las grandes marcas apuestan cada vez más por el reciclaje de los componentes de sus vehículos. Volvo no sólo sigue esta tendencia, sino que se ha convertido en un referente en la apuesta por reciclar los materiales en sus nuevos modelos, uno de los pilares en los que se basa la economía circular que sigue la marca. En el nuevo Volvo EX30 en torno al 25% de todo el aluminio, el 17% de todo el acero y el 30% de los plásticos empleados son reciclados. Y se estima que al final de su vida útil se puede reciclar hasta un 70% del vehículo.
Transparencia en la fabricación
La concienciación ecológica tiene cada vez más peso para el cliente actual de la industria del automóvil. Un estudio realizado en 2023 señala que ocho de cada diez nuevos compradores del sector automovilístico consideran que la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente son factores clave a la hora de comprar un vehículo.
La transparencia en los métodos de fabricación del automóvil está cobrando mayor relevancia durante el proceso de elección de un vehículo nuevo. Los fabricantes son conscientes de la demanda ecológica de los nuevos clientes y están dispuestos a invertir en innovación tecnológica y a aumentar su gasto en infraestructura de fabricación para lograr una producción cada vez más sostenible.
De nuevo, Volvo va a la cabeza en materia de transparencia en la fabricación de sus vehículos. El objetivo del fabricante sueco es alcanzar las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040 y eso se consigue reduciendo las emisiones en toda su cadena de valor. Este compromiso de la compañía por una fabricación con un impacto climático neutro viene de largo, pues desde 2008 todas las fábricas de Volvo en Europa utilizan energía hidroeléctrica.
El nuevo Volvo EX30 constituye el paradigma del compromiso con la sostenibilidad y un gran paso adelante en el camino hacia la neutralidad climática. Por ejemplo, la planta de producción del vehículo funciona con energía completamente limpia, contribuyendo así a reducir las emisiones.
Además, el 95% de los proveedores principales se han comprometido a utilizar energía renovable para el año 2025, mostrando una colaboración integral en la reducción de emisiones en toda la cadena de suministro.
Por otra parte, el proceso de producción del Volvo EX30 se ha optimizado para maximizar la utilización de materiales en las piezas de carrocería estampadas, mientras que la trazabilidad de los materiales críticos, como litio y cobalto para las baterías, se garantiza mediante el uso de tecnología blockchain. Estas medidas demuestran un enfoque integral por parte de la compañía hacia la sostenibilidad en todos los aspectos del proceso de producción del vehículo.
